La religiosa Lorayne, que pertenece a la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Resurrección, ganó esta semana el episodio 17 del concurso de televisión sobre temas culinarios Master Chef Brasil 2020 y dedicó su victoria a los misioneros y a los niños y adolescentes que ayuda su institución. En Brasil, el programa llegó a su séptima temporada y por la pandemia de coronavirus cambió el formato, dado que en lugar de premiar a un solo cocinero al final de 3 meses de concurso, cada episodio decide enfrentar a 8 nuevos participantes y declara a un campeón.
La hermana Lorayne Caroline Tinti, de 33 años, indicó al recibir el trofeo ganador del programa televisivo que tenía presente con ella a mucha gente. Destacó a «cada una de las mujeres que pasaron» por su vida y todo el trabajo que hizo y las muchas personas y culturas que pudo conocer. Dedicó su premio a «todos los misioneros, todos los que hacen el bien están aquí conmigo, los que aman cocinar». «Tenemos un trabajo social y en esta obra social tratamos de enseñar a los niños y adolescentes que la gastronomía es una forma de que tengas dignidad por el resto de tu vida y que sea un trabajo, pero un trabajo con amor», aseguró. La hermana Lorayne fue la ganadora del programa de esta semana tras preparar un tiramisú y un stroganoff de camarones, dos platos que nunca había elaborado. «Ya había comido tiramisú, me lo presentaron el año pasado, pero no recordaba cómo era. Rafaela me ayudó con la receta y pidió la intercesión de todos los santos (…). Era Dios hablándome, toma esto, toma aquello y así lo hice», comentó la monja que hace 15 años ingresó a su congregación en el municipio de Catanduva al sitio de Master Chef Brasil.
La hermana Lorayne sostuvo que aprendió a cocinar en su hogar cuando tenía “unos 9 o 10 años” gracias a su abuela, pero en el convento mejoró este don cuando empezó a cocinar para unas 20 religiosas. «Las actividades y tareas del hogar están todas divididas, incluida la preparación de comidas. Galinhada, lasaña, crema de maíz y ‘Frango com molho’ son los platos más famosos. Fue allí también donde acabé conociendo los alimentos más exquisitos como los poros y los camarones», explicó la religiosa que entró en el convento siendo adolescente y relató que empezó a tener más contacto con las religiosas en la escuela. «Allí estaban muy presentes y eso crecía dentro de mí como una pequeña semilla. Siempre pensé que sus vidas eran realmente geniales», recordó.
A los 17 años, cuando cursaba el tercer año de secundaria, Lorayne siguió su llamado vocacional y a los 24 años profesó sus votos. «Aunque me gustó, nunca antes había pensado en ser religiosa. Pero cuando una hermana recién llegada me invitó a un encuentro vocacional, me enamoré. Sentí mucha paz y tranquilidad en ese encuentro», recordó. La hermana Lorayne consideró que participar en este programa de televisión es también un testimonio. «Como la gente no nos conoce, muchos piensan que solo tenemos prohibiciones, pero también estamos pasando por transformaciones y cambios. Sí, la vida religiosa puede estar en todas partes; la combinación de la gastronomía con la iglesia es muy real. En los pasajes bíblicos Jesús compartía el pan e iba a las bodas. Estar en Master Chef es demostrar que también comemos, cocinamos y somos parte del contexto tecnológico», enfatizó. La religiosa compartió fotos en su cuenta de Instagram con su comunidad religiosa tras su participación en el programa.
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