Los obispos de Perú afirmaron que «la eutanasia siempre será un camino equivocado», tras el caso de Ana Estrada Ugarte, el primero de la historia de Perú en el que le permitirían a una mujer someterse a la eutanasia. La Corte Superior de Justicia de Lima ordenó al Ministerio de Salud y Previsión Social (EsSalud) realizar los procedimientos necesarios para ejecutar la eutanasia por pedido de la mujer de 43 años que padece una enfermedad degenerativa desde hace 30 años. Los jueces dispusieron que quienes practiquen la eutanasia no estén sujetos a la figura de «homicidio piadoso», prevista por el código penal del país.
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La Conferencia Episcopal de Perú, presidida por el arzobispo Miguel Cabrejos, recordaron que la constitución del país establece que el fin supremo de la sociedad y del Estado es la defensa de la persona humana y el respeto por su dignidad. «La eutanasia siempre será el camino equivocado, porque es un atentado contra el derecho inalienable a la vida, provoca directamente la muerte de un ser humano y por tanto es un acto intrínsecamente malo en todas las ocasiones y circunstancias», afirmaron. Insistieron que resulta contradictorio y no puede tolerarse que un órgano del Estado modifique una norma constitucional y promueva acciones contrarias a este principio fundamental.
Urgente: Pronunciamiento sobre la Eutanasia y el caso de Ana Estrada: «Nos solidarizamos con ella, le ofrecemos nuestra oración y cercanía para que en medio del dolor y la angustia que le ha tocado vivir, abra su corazón a la fe, a la misericordia y al amor de Dios». pic.twitter.com/pd4nmx59yY
— Conf_episcopal (@conf_episcopal) February 27, 2021
Frente a ello, invitaron a hacer uso de la objeción de conciencia, tanto en el ámbito médico como el sanitario, dado que este tipo de normativas legitiman la eutanasia y el suicidio asistido, ante los cuales los fieles deben negarse a cooperar desde lo formal o material. Recordaron las palabras del Papa Francisco cuando indicó que «la eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos». «La respuesta que hemos de dar es no abandonar nunca a quien sufre, no rendirnos, sino cuidar y amar a las personas para devolverles la esperanza», indicaron, al citar al Pontífice.
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