Obispos de Irlanda reiteran que «el suicidio asistido refleja una falta de compasión por parte de la sociedad»

Los prelados de Irlanda precisaron que la iniciativa que pretende legalizar la eutanasia voluntaria y el suicidio asistido socavaría "las protecciones contra el asesinato no consensuado de clases de personas particularmente vulnerables". Advirtieron que el lenguaje del proyecto de ley es utilitario y trata la dignidad humana como algo que se puede perder en el sufrimiento.

Obispos de Irlanda suicidio asistido
Foto: Archivo 2019/Radio Maria Ireland.

Los obispos de Irlanda reiteraron que «el suicidio asistido refleja una falta de compasión por parte de la sociedad», al denunciar y rechazar la presentación del proyecto de ley que legalizaría la eutanasia voluntaria y el suicidio asistido. La iniciativa ‘Dying with Dignity 2020’ fue rechazada por la Comisión Irlandesa de Derechos Humanos e Igualdad (IHREC), así como del Consejo para la Vida y el Grupo Consultivo sobre Bioética de la Conferencia Episcopal de Irlanda (CBI).

Los prelados aseveraron en una presentación del 26 de enero pasado al Comité de Justicia de Oireachtas que el proyecto normalizaría el suicidio y socavaría «las protecciones contra el asesinato no consensuado de clases de personas particularmente vulnerables». «El suicidio asistido refleja una falta de compasión por parte de la sociedad. Es un fracaso en responder al desafío de cuidar a los pacientes terminales mientras se acercan al final de sus vidas. Si bien los cuidados paliativos ya brindan asistencia a los que están muriendo, este proyecto de ley prevé el respaldo médico y la facilitación del suicidio», enfatizaron, al precisar que «los legisladores deben reconocer honestamente la diferencia y llamar a las cosas por su nombre propio». Explicaron que la iniciativa no reconoce la realidad de que muchos pacientes que quieren acceder a la eutanasia ya padecen enfermedades mentales, como depresión y ansiedad.

«Nos parece insatisfactorio, por tanto, que el proyecto de ley, en el apartado 8, dé más peso a la irreversibilidad de la enfermedad que a los tratamientos que, aunque sea temporalmente, alivien los síntomas. La depresión, la ansiedad y la ambivalencia sobre la muerte caracterizan tanto a los pacientes médicos que intentan suicidarse como a los que solicitan el suicidio asistido. Cuando se abordan las fuentes físicas y psicológicas de la desesperación que subyace a las solicitudes de suicidio asistido, el deseo de muerte disminuye y los pacientes suelen estar agradecidos por el tiempo que les queda», indicaron los obispos de Irlanda, al rechazar el suicidio asistido. También, advirtieron que el lenguaje del proyecto de ley es utilitario y trata la dignidad humana como algo que se puede perder en el sufrimiento. «Cualquiera sea nuestro pronóstico y por muy limitada que sea nuestra capacidad, nuestro valor como personas se basa en quiénes somos más que en nuestra esperanza de vida o nuestra capacidad para alcanzar ciertos estándares de rendimiento físico o mental», ratificaron.

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