La Iglesia «recomienda insistentemente que los difuntos sean sepultados en lugares sagrados»

El presidente de la Comisión Episcopal de Doctrina de la Fe, Enrique Benavent; el presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia, Leonardo Lemos Montanet, y el secretario general de la CEE, Luis Argüello, presentaron la instrucción pastoral 'Un Dios de vivos', sobre la fe en la resurrección, la esperanza cristiana ante la muerte y la celebración de las exequias.

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Foto: Twitter Of. Información CEE.

La Conferencia Episcopal Española precisó que la Iglesia, aunque permite la cremación, «recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios u otros lugares sagrados», en su instrucción pastoral ‘Un Dios de vivos’, sobre la fe en la resurrección, la esperanza cristiana ante la muerte y la celebración de las exequias, presentada el martes 22 de diciembre, tras ser aprobada en la Asamblea Plenaria.

El presidente de la Comisión Episcopal de Doctrina de la Fe, Enrique Benavent; el presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia, Leonardo Lemos Montanet, y el secretario general de la CEE, Luis Argüello, profundizaron sobre este documento. Al respecto, Argüello indicó que «cuando en noviembre de 2019 los obispos plantearon la necesidad de este documento», no se sabía que «la muerte iba a tener este protagonismo, y que el duelo se iba a ver sometido a tantas dificultades y desafíos». Benavent aseveró que vivimos «en una cultura en la que no se valora la vida humana, caracterizada por un humanismo que convierte los deseos en derechos, sin límite ético».

«La aprobación de la Ley de Eutanasia pone en cuestión el valor de la vida humana y se vincula con una secularización en el modo de entender la muerte», afirmó. Tras indicar que la incineración es una práctica que no estaba en la tradición cristiana, lamentó las maneras insólitas de conservar las cenizas de los difuntos, que «son difíciles de conciliar con el respeto cristiano al cuerpo del difunto». Lemos aseguró que las exequias no son «homenajes al fallecido». «No se deben echar a la tierra o al río, ni convertirlas en piezas de joyería u otros artículos, para evitar malentendidos. Para nosotros, los columbarios se equiparan a los cementerios. No deben estar dentro del templo», sostuvo.

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