LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO EN LAS ENSEÑANZAS DE LA 2° PARTE DEL CATECISMO.

Por Juan María Gallardo.

Introducción

Las clases que ahora presentamos a los lectores de VenL tienen como fuente el Catecismo de la Iglesia católica; que es un texto preparado para educadores que contiene la filosofía educativa de la Iglesia. En su realización trabajaron episcopados, teólogos y autores de todo el mundo durante siete años. Pedagógico es su género literario. Y su publicación fue calificada como el acto más importante del Magisterio después del Concilio Vaticano II.

Sumamente oportuno y conveniente es que todos católicos conozcamos muy bien este Catecismo que se nos ha entregado para aprender los conceptos fundamentales de la fe y la pedagogía de su transmisión y cuya finalidad es hacer vivir en cada creyente la fe en su integridad, que es ofrecida como contenido de verdad y como adhesión a ella. En su presentación, el papa san Juan Pablo II «exhorta encarecidamente» su utilización constante y su mayor difusión por ser «regla segura para la enseñanza de la fe» y «texto de referencia seguro y auténtico».

En una entrevista, el Cardenal Ratzinger defendía la necesidad del Catecismo diciendo: «Es verdad que hay una cierta aversión hacia todo intento de ‘cristalizar’ en palabras una doctrina, en nombre de una flexibilidad, y hay un cierto antidogmatismo que está vivo en muchos corazones; es sobre todo el movimiento catequético posconciliar el que ha acentuado el aspecto antropológico de la cuestión y ha creído que un catecismo, por ser demasiado doctrinal, sería un impedimento para el necesario diálogo con el hombre de hoy. Nosotros estamos convencidos de lo contrario. Para dialogar bien es necesario saber de qué debemos hablar. Es necesario conocer la sustancia de nuestra fe. Por eso hoy más que nunca es necesario un catecismo» (Diario «Avvenire», 27-4-2003).

El Catecismo presenta fiel y orgánicamente la enseñanza de la Sagrada Escritura, de la Tradición viva de la Iglesia y del Magisterio auténtico, así como la herencia espiritual de los Padres, de los santos y santas de la Iglesia, expresada de una forma «nueva», con el fin de responder a los interrogantes de nuestra época, para que se conozcan mejor los misterios cristianos y se reavive la fe del Pueblo de Dios.

Su contenido en está dividido en cuatro partes: el Credo, la Sagrada Liturgia, con los Sacramentos en primer plano; el obrar cristiano, expuesto a partir de los mandamientos, y, finalmente, la oración cristiana. Nuestras clases tratarán la segunda parte: la celebración y comunicación del misterio cristiano —objeto de nuestra fe— mediante acciones litúrgicas.

El Papa Francisco cuando presentó la nueva edición del Catecismo, en el mes de junio de 2017, lo calificó como un instrumento eficaz para la formación que debe ser conocido y utilizado para valorar al máximo el gran patrimonio de la fe de estos dos mil años de nuestra historia.

Dos fueron los motivos principales que movieron a redactar el Catecismo: la profunda crisis de identidad de los cristianos —que ponía en peligro la unidad de la fe católica— y la alarmante ignorancia y confusión doctrinal del Pueblo de Dios. Estos peligro están aún presentes y hay que trabajar para superarlos. Un desafío primordial que se presenta en la actualidad es la formación de todos los bautizados. Para ello, el Catecismo, con su sabiduría expositiva y unción espiritual, debe ser el texto de base de la catequesis y la evangelización.

Razón de ser de la liturgia

El n. 5 de la Constitución Sacrosantum Concilium –sobre la sagrada Liturgia- del Concilio Vaticano II (en adelante SC) enseña que Nuestro Señor Jesucristo realizó la obra de la redención humana en el misterio pascual de su pasión, de su resurrección de entre los muertos y de su gloriosa ascensión. Con su muerte destruyó nuestra muerte y con su resurrección restauró nuestra vida. Y, de su costado abierto por una lanza, nació el sacramento admirable de la Iglesia.

Presentación de la celebración del Misterio Cristiano

Por eso,
– en su liturgia,
– la Iglesia celebra principalmente
– el Misterio pascual en el que Cristo realizó la obra de nuestra salvación.

Es el Misterio de Cristo
– lo que la Iglesia anuncia y celebra en su liturgia
– para que los fieles vivan de él y
– den testimonio del mismo en el mundo.

Significado de la palabra ‘Liturgia’

La palabra ‘Liturgia’ significa
– obra o quehacer público; servicio

La palabra ‘Liturgia’ en el Nuevo Testamento designa
– no solamente la celebración del culto divino; también:
– el anuncio del Evangelio
– y la caridad en acto.

Habitualmente llamamos liturgia
– al conjunto de las celebraciones de la Iglesia.

En la liturgia
– Cristo continúa su redención en la Iglesia.
– Ella participa del sacerdocio de Cristo —el único ‘Liturgo’—
– en el culto, anuncio y servicio de la caridad

Por ello,
toda celebración litúrgica,
– es obra de Cristo sacerdote y
– de su Cuerpo la Iglesia.

La liturgia como fuente de Vida

La Liturgia
– introduce a los fieles en la Vida nueva de la gracia.
– Debe ser precedida por la evangelización, la fe y la conversión.
– Sólo así puede dar frutos en la vida de los fieles.

Oración y Liturgia

La Liturgia es también
– participación en la oración de Cristo,
– dirigida al Padre
– en el Espíritu Santo.

En ella
– toda oración cristiana encuentra
– su fuente y
– su término.

Catequesis y Liturgia

La Liturgia es
– la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y
– la fuente de donde mana toda su fuerza.

El n. 23 de la exhortación apostólica Catechesi Tradendae en adelante CT.de san Juan Pablo II enseña que «la catequesis está intrínsecamente unida a toda la acción litúrgica y sacramental, porque es en los sacramentos, y sobre todo en la Eucaristía, donde Jesucristo actúa en plenitud para la transformación de los hombres».

La catequesis litúrgica
– pretende introducir al Misterio de Cristo.

– Yendo de lo visible a lo invisible,
– del signo a lo significado,
– de los sacramentos a los misterios.

I.- La economía sacramental 

El día de Pentecostés,
– por la efusión del Espíritu Santo,
– la Iglesia se manifestó al mundo.

El don del Espíritu
– inauguró un tiempo nuevo:
– el tiempo de la Iglesia
– en el que Cristo
– se hace presente y
– comunica su obra de salvación
– mediante la Liturgia.

Durante este tiempo de la Iglesia,
– Cristo vive y actúa
– en su Iglesia y con ella
– de una manera nueva:
– la propia de este tiempo nuevo.

El Señor actúa
– por sus sacramentos.

Esto se llama
– «Economía sacramental» y consiste en
– la comunicación de los frutos del Misterio pascual
– en la celebración de la liturgia sacramental.

Foto principal: Cathopic.

LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO EN LAS ENSEÑANZAS DE LA 2° PARTE DEL CATECISMO.

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