El arzobispo de Bhopal, India, Leo Cornelio, precisa que sacerdotes, religiosos y laicos están «al frente de labores de ayuda y reconstrucción», en una entrevista con ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’, en la que precisó que pese a la tensa situación en el país ve señales esperanzadoras en la lucha contra la pandemia. «En el estado de Madhya Pradesh, mi sede episcopal Bhopal y la ciudad de Indore se encuentran entre las más afectadas. Ambas ciudades estuvieron confinadas durante casi 7 semanas. Todos los hospitales de aquí están llenos», precisó, al hablar de la situación en el país por el COVID-19.
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Suscríbase al boletín de VenL «Es difícil conseguir medicamentos y oxígeno. En la actualidad, el número de personas que murieron a causa del COVID-19 supera las 300.000; pero extraoficialmente la cifra es mucho mayor, algunos observadores estiman que es 10 veces mayor porque muchos enfermos se quedaron en casa y murieron allí», lamentó el prelado. «En mi diócesis, 18 sacerdotes contrajeron COVID-19 y uno falleció. También se contagiaron un elevado número de religiosos y 4 religiosas fallecieron. En toda la India, más de 170 sacerdotes murieron por COVID-19 hasta ahora, junto con un gran número de religiosos y fieles. A principios de mayo falleció como consecuencia de una infección el obispo de Jhabua, Basil Bhuriya», indicó. Sostuvo que en todas las situaciones de crisis que India afrontó hasta ahora «la Iglesia en India actuó por iniciativa propia». «Sacerdotes, religiosos y otros colaboradores de la Iglesia han estado al frente de las labores de ayuda y reconstrucción», precisa el arzobispo de India.
Explicó que «las instituciones eclesiásticas, como los hospitales y las estaciones de asistencia médica, fueron reconocidas por el Estado». «Sin embargo, a veces se recela de que la Iglesia intente convertir a la gente a través de su trabajo. Estos críticos no entienden la actitud de Cristo, que dijo: cuanto hagáis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis», recordó el prelado. Aseguró que, frente a la crisis actual, a pesar de que «la Iglesia católica es una pequeña minoría, estuvo allí desde el principio». «Nuestras parroquias distribuyeron paquetes de alimentos, máscaras protectoras y desinfectantes a las personas necesitadas. Creamos un puesto de cuarentena en nuestro centro pastoral diocesano para recibir y atender a los indigentes», enfatizó.
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