El presidente del Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), Fernando Bascopé, lamentó la clausura del año escolar en el país andino, en un pronunciamiento oficial titulado ‘La educación no puede detenerse’, al sostener que esto implica «truncar ilusiones, detener la formación y el crecimiento humano, cultural y espiritual de miles de niños, adolescentes y jóvenes», después de la decisión del gobierno de Jeanine Áñez por la pandemia del COVID-19.
Bascopé aseveró que la decisión de clausura en Bolivia del año escolar es un «lamentable desenlace de una búsqueda de diálogo sin frutos entre el Ministerio de Educación, la dirigencia del Magisterio y una parcialidad de padres de familia» que priorizaron «consignas políticas sin comprender el sentido propio de la educación». «Como efecto de esto, la educación boliviana, en particular la privada, que ofrece un servicio importante al país, vive momentos de angustia y zozobra que afectan a los maestros y demás dependientes de estas instituciones educativas», explicó el prelado, quien destacó que «la educación católica, pública de convenio y privada, en estos meses extremó esfuerzos, con creatividad y responsabilidad».
Detalló que se utilizaron plataformas virtuales y diversos medios tecnológicos, además de reconocer especialmente a los «maestros que dieron la vida, llegando a la casa de los propios estudiantes con alimentos, donando datos para internet, y llevando tarea a aquellos que no tienen acceso al mismo». «¡No queremos creer que todos estos esfuerzos han sido vanos!», imploró. «Desde el mensaje de Jesús, el Maestro, estamos siempre interpelados a no claudicar en esta noble misión de educar, de acompañar a los maestros, padres de familia, niños y adolescentes que son parte de nuestras comunidades educativas. En nuestras comunidades educativas, públicas de convenio y privadas, seguiremos ofreciendo el pan de la educación», ratificó.