La directora de proyectos de la fundación ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’, Regina Lynch, precisó que «a muchos cristianos en Siria les queda poca esperanza, y solo la ayuda de la Iglesia», en una entrevista en la que habla de la situación actual de los cristianos en Siria, tras 11 años de una guerra civil, al regresar recientemente de Damasco, adonde acudió en representación de la fundación pontificia a una conferencia de la Iglesia católica, junto con otras organizaciones de ayuda que atienden a la población siria.
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Precisó, al ser consultada si los líderes cristianos locales tienen la esperanza de que la situación mejore, que «como cristianos, debemos tener esperanza, y es nuestra fe la que nos la da». «Es la fe la que impulsa la ayuda caritativa tan necesaria en una situación que no deja de empeorar. Especialmente, durante los meses más fríos del año, porque en muchas partes del país, las temperaturas caen bajo cero por la noche y al menos el 90% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, lo que significa que no tienen dinero para comprar combustible para la calefacción o para pagar la electricidad para añadir horas extra a las pocas que suministra la red. Yo creo que la asistencia de una delegación vaticana y muchas organizaciones caritativas no sirias a esta conferencia a pesar de todas las dificultades, incluidas carreteras bloqueadas por la nieve y la Covid, infunde esperanza en los líderes de la Iglesia y en los cristianos en general», consideró.
Afirmó, sin embargo, que «la desesperación está muy extendida entre los cristianos sirios». «Por eso nos alegra poder apoyar iniciativas dirigidas específicamente a dar ánimo a la gente en situaciones desesperadas. Por ejemplo, a través del Christian Hope Center —Centro Cristiano de Esperanza—, en Damasco y Homs, financiamos proyectos para ayudar a la gente a reconstruir sus vidas tras la guerra. Muchos cristianos sirios sufrieron terribles traumas en los últimos 11 años. Perdieron a sus seres queridos, fueron testigos de una violencia extrema e incluso fueron amenazados de muerte por ser cristianos. Creo que la fe es el motivo por el que muchos resistieron. El año pasado visitamos a una mujer cuyo marido fue secuestrado —y probablemente asesinado— por extremistas islámicos en Malula, y que solo encuentra consuelo en la Iglesia y en la fe, y, en particular, en las religiosas que apoyan a su familia», aseguró Lynch.
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