La imagen de la Virgen del Valle de Catamarca regresó a la gruta de Choya, la del primer hallazgo que está totalmente remozada, como ofrenda por los 400 años de su presencia en el Noroeste Argentino, el sábado 15 de abril, en el inicio del septenario de las fiestas marianas en la jurisdicción eclesiástica local. El obispo de Catamarca, Luis Urbanc, presidió el momento acompañado por el obispo de Concepción, José Antonio Díaz, y el obispo de Cafayate, Darío Quintana, junto con sacerdotes del clero catamarqueño y otros peregrinos.
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Una gran cantidad de fieles desbordó el templo para participar de esta ceremonia, donde rezaron los misterios del Rosario y luego acompañaron a la Madre de Dios, llevada en brazos por Quintana, hasta la urna ubicada en el Paseo de la Fe. La imagen mariana emprendió su regreso en caravana hasta su primera casa, la Gruta de Choya. Urbanc presidió la Misa de reapertura de este espacio de oración y encuentro, concelebra por los obispos Díaz y Quintana, junto con sacerdotes del clero. «Es la primera vez que iniciamos el septenario en este solar, donde se comenzó a manifestar con gracias especiales la Madre de Dios a sus hijos en este Valle», afirmó, en la homilía.
«Hoy estamos agradecidos a la Providencia Divina que los trabajos de remodelación, pero sobre todo de profundas mejoras, han llegado a término, posibilitándonos volver a este entrañable paraje para honrar a nuestra Madre y confiarle todos los secretos y deseos de nuestros corazones. Todo se ha realizado para que sea un ámbito de oración, encuentro, meditación, penitencia, santificación, celebración, silencio y gracia. ¡Cuidémoslo entre todos para que así sea por siempre!», sostuvo el prelado, al hablar sobre el flamante Paseo Cultural y Religioso ‘Virgen de Valle’.
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