«Sólo podemos comer gracias a los paquetes de comida de la Iglesia en Líbano», indicó Thérèse, integrante de una familia de la zona céntrica de Tiro, cerca de la catedral maronita, con quien se reunió un grupo de representantes de las oficinas nacionales de Ayuda a la Iglesia que Sufre. Tiro, que se menciona en los Evangelios como uno de los lugares a los que acudió Jesús tras enfrentarse a los fariseos en Galilea, fue una ciudad mayoritariamente maronita, mientras que ahora, los cristianos representan a menos del 30% de la población. La diócesis de Tiro es una de las más pobres del Líbano. Muchos de ellos sobreviven sólo gracias a la ayuda de la Iglesia y a los paquetes de alimentos financiados por la fundación pontificia.
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Suscríbase al boletín de VenLThérèse recordó que antes podía comer carne roja y pollo con regularidad. Su marido, que solía ser pescador, a veces consigue trabajo al limpiar pulpos para los restaurantes locales y cuando lo hace pueden permitirse algunas manzanas para las nietas, pero eso ocurre muy de vez en cuando. «Sólo podemos comer gracias a los paquetes de comida», precisó, al indicar que la Iglesia en Líbano también le proporciona medicamentos para sus diversas enfermedades, incluida la diabetes. «Todos los días vamos a la iglesia a rezar», aseguró, quien a pesar de su pobreza da gracias a Dios por lo que tiene.
«La gente pide constantemente ayuda a la Iglesia. Se volvieron muy dependientes de los paquetes de alimentos. Siempre fueron pobres, pero la crisis los hundió en la miseria», sostuvo el padre Yacoub Saab, un sacerdote local. «Como pueden observar, Tiro parece una hermosa ciudad turística, pero la pobreza a menudo está oculta en el interior de las casas», explicó el presbítero, mientras guía al grupo de Ayuda a la Iglesia que Sufre por los callejones del antiguo barrio cristiano, cerca de la catedral, donde cada rincón exhibe un símbolo cristiano. La Iglesia identificó a más de 2.600 familias necesitadas de ayuda. La fundación pontificia financia, cada 2 meses, para 1.500 de estas familias paquetes de alimentos que son distribuidos por un grupo de voluntarios de la Iglesia.
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