El sacerdote católico Jean-Nicaisse Milien, que estuvo secuestrado 20 días y fue liberado en Haití, indicó que «no es fácil, todo el tiempo recordamos cosas», al precisar que meses después del hecho continúa con terapia psicológica, tras dialogar con ‘Associated Press’ (AP), el martes 9 de noviembre. El presbítero haitiano, otros sacerdotes, religiosas y laicos fueron raptados, en las afueras de Puerto Príncipe a principios de abril —cuando se dirigían a la celebración de la asunción de un nuevo párroco en una iglesia de la zona—, por hombres armados que rodearon su vehículo.
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Milien, que sintió el frío cañón de un revólver en su oreja derecha, fue secuestrado por la banda criminal ‘400 Mawozo’, indicó AP, la misma que raptó en octubre pasado a 17 misioneros cristianos protestantes de ‘Christian Aid Ministries’. «¡Vayan allí! ¡Vayan allí!», ordenaron los individuos en el momento del rapto. Milien describió lo que él y sus 9 acompañantes soportaron. Relató que luego de secuestrarlos el 11 de abril pasado, los captores les pusieron vendas en los ojos y manejaron hasta llegar a una casa destartalada, en la que durmieron en el piso varios días. Explicó que permanecieron vendados 2 días, en los que solo comían arroz y pan, además de beber gaseosa. Afirmó que en el primer día de cautiverio los secuestradores les exigieron que les diesen los números de teléfono de sus parientes, a quienes pidieron un rescate de 1.000.000 dólares por persona, la misma cifra que solicitaron por los misioneros raptados hace un mes.
Sostuvo que en el cuarto día, la banda liberó a uno de los secuestrados y fue trasladado junto a los demás a otra casa más pequeña. Luego de 2 semanas, soltaron a 3 más. El sacerdote y las otras 5 personas que quedaban fueron llevados a otra vivienda abandonada. «La última semana fue muy difícil», enfatizó Milien, al sostener que no comían y casi no podían beber agua. Precisó que camino a la tercera casa, el líder de la banda les advirtió que allí no tenían «comida, hospitales ni otras viviendas; no hay nada, aunque sí un cementerio». «Les dije —a los otros secuestrados— que siguieran rezando. Un día volveremos a estar libres», recordó el sacerdote liberado en Haití. Posteriormente, Milien y los demás fueron liberados luego de 20 días tras el pago de un rescate no especificado. «¡Despierten! ¡Despierten! ¡Despierten! ¡Vamos!», les gritó a las 23 horas uno de los captores, según indicó el presbítero. Reiteró que a pesar de estar débiles caminaron varios metros hasta un auto que los llevó a su barrio. Milien pasó casi una semana en un hospital, en el que recibió medicinas y vitaminas para que recuperase la fuerza. «No es fácil. Todo el tiempo recordamos cosas. Pensamos en eso… Es parte de mi vida», lamentó.
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