Las religiosas de las Hijas de la Caridad de la Tercera Orden de San Francisco atienden a los que sufren necesidades físicas o espirituales en Congo-Kinsasa. Las monjas celebraron hace poco el centenario su fundación congregación, dado que la misma se creó en 1920 en la actual Croacia y, 8 años más tarde se incorporó a la Tercera Orden de San Francisco.
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Las hermanas atienden a enfermos y necesitados, enseñan en escuelas —están especialmente preocupadas por la educación y formación de las niñas—, y en las parroquias dirigen las catequesis y otras tareas importantes en el país de África Central. Las religiosas de Maluku están dedicadas a los niños en riesgo y a madres jóvenes que requieren ayuda de forma urgente. Al no contar con ingresos, dependen de ayuda externa para realizar el pago del alquiler de su casa, la electricidad, el agua, la comida, la atención médica, el transporte, entre otros.
Las religiosas en Congo-Kinsasa, que atienden a los necesitados, viven modestamente, pero todo esto supone una carga económica grande para ellas. Es cada vez más difícil obtener apoyo de las compañeras de otros países debido a la crisis económica y la pandemia de COVID-19 que dificulta además su supervivencia. Las monjas recurrieron a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) para solicitar ayuda desde Maluku, en Congo-Kinsasa. Actualmente, la congregación se encuentra presente con 52 comunidades en 14 países de Europa, África e Iberoamérica.
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