Obispos de República Dominicana destacan que se derogue el cierre de las iglesias

Los prelados consideraron que "no se había valorado en su justa dimensión todo el aporte que, en materia de acogida, acompañamiento, y protocolo sanitario ha ido realizando la Iglesia Católica durante este tiempo de pandemia: se ha seguido con todo rigor el debido distanciamiento, uso de mascarillas, gel y/o alcohol como desinfectantes para manos y calzados".

Obispos de República Dominicana derogue
Foto: El Día.

Los obispos de República Dominicana destacan que se derogue el cierre de las iglesias, tras la modificación del Decreto de 30 de diciembre, permitiéndose la reapertura de templos y realización de actividades religiosas. Destacaron la importancia de la fe y el culto público para la vida de las personas, también en estos tiempos de pandemia por el COVID-19. El Poder Ejecutivo emitió el martes 5 de enero el decreto 2-21 mediante el cual deroga lo dispuesto en el artículo 10 del decreto 740-20 del 30 de diciembre pasado que prohibía la realización de actividades religiosas en todo el país. El presidente Luis Abinader firmó el decreto. 

La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) precisó que recibe «con beneplácito la modificación del decreto 740-20 y de manera muy específica, la derogación del artículo 10 de dicho decreto». «Como obispos, entendíamos que, al decretarse el cese de las actividades religiosas de todo tipo, se despojaba al pueblo de una valiosísima herramienta, imprescindible en su vida: la fe en Dios y su consecuente expresión en el culto. Considerábamos que no se había valorado en su justa dimensión todo el aporte que, en materia de acogida, acompañamiento, y protocolo sanitario ha ido realizando la Iglesia Católica durante este tiempo de pandemia: se ha seguido con todo rigor el debido distanciamiento, uso de mascarillas, gel y/o alcohol como desinfectantes para manos y calzados», indicó la CED. 

«La pandemia ha conllevado la pérdida de vidas humanas, aumento del desempleo, cierre de empresas, entre otras calamidades. Desde el ámbito de la fe, a miles de personas se les ha ofrecido una acogida y un acompañamiento espiritual a fin de que superen la depresión, el desaliento, la desesperanza, la frustración, la angustia, la ansiedad y hasta la inconformidad con la vida misma. No son pocas las personas que se han levantado de su postración al recibir la gracia de lo Alto en las celebraciones, donde, no sólo escuchan la palabra de Dios que instruye, corrige y orienta, sino también que reciben el Cuerpo de Cristo y viven la solidaridad con sus hermanos en la fe, siendo la Iglesia un oasis en medio de su situación, un encuentro con Dios», reflexionaron los prelados. «Nos alegramos inmensamente de este cambio para regocijo de nuestro pueblo. Sugerimos que, en el futuro, antes de tomar estas medidas tan drásticas que afectan la fe de nuestra gente, se socialice o dialogue con los que estamos al frente del pueblo de Dios», pidieron. 

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