Los obispos de Haití deploran «inadmisible y repugnante» asesinato del presidente Jovenel Moïse, que fue atacado a tiros por un grupo de hombres armados que irrumpió en su residencia oficial de Puerto Príncipe en la noche del 6 al 7 de julio. La Conferencia Episcopal de Haití (CEH) precisó en una nota que «este triste acontecimiento» marca un «lamentable punto de inflexión» en la historia del país caribeño.
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«El CEH deplora y condena este inadmisible y repugnante asesinato, y presenta sus sinceras condolencias a los padres y amigos de la pareja presidencial. Que el alma del fallecido descanse en paz y que la Primera Dama recupere rápidamente su salud», precisaron los prelados. «La violencia sólo puede engendrar violencia y conduce al odio. Nunca ayudará a nuestro país a salir de este estancamiento político que sólo puede resolverse mediante el diálogo, el consenso, el espíritu de compromiso por el interés superior de la nación, por el bien común del país», aseguraron los obispos que deploran el «inadmisible» magnicidio en Haití.
Realizaron un llamamiento a todos «los hijos de Haití» para «superar el orgullo personal y los intereses partidistas para buscar juntos, en torno a una mesa, una solución haitiana, largamente esperada por el pueblo y dictada por el amor a Haití y a nuestros valores como pueblo». «¡Depongan las armas! ¡Elijan la vida! ¡Elijan la convivencia fraternal en interés de todos y en interés de Haití!»», precisaron. Los prelados imploraron al Señor para que, con la intercesión de la Virgen María, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Patrona del país, «libere a Haití de las ataduras del odio y del mal». La gestión del presidente Moïse registró varios roces con los prelados, publicó ‘Fides’.
El mandatario Jovenel Moïse, de 53 años, fue asesinado en su casa por «extranjeros que hablaban inglés y español», tal como aseguró el primer ministro interino de Haití, Claude Joseph, al confirmar el magnicidio el miércoles 7 de julio. En el ataque, la primera dama de Haití, Martine Moïse, fue herida de gravedad y se encuentra hospitalizada. Joseph anunció la declaración del estado de sitio, horas después de confirmar el magnicidio —cuyo hecho se dio en el marco de un aumento de la violencia y una creciente crisis política—. Actualmente, fueron detenidas 2 personas, a las que la policía califican de «mercenarios», mientras que otros 4 hombres implicados en el asesinato fueron abatidos.
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