Los obispos de Costa Rica y Panamá confirman su cercanía al pueblo y clero católico de Nicaragua, tras la persecución que padecen del gobierno sandinista de Daniel Ortega. En los últimos días, el canal televisivo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) fue cerrado, después de que el obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, Rolando Álvarez, denunció que padece «persecución» y acoso policial.
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Suscríbase al boletín de VenLLos prelados de Costa Rica aseguraron a sus pares nicaragüenses su «oración, especialmente en los momentos de prueba». «Rogamos a Dios que les permita mantenerse fieles a su misión y les otorgue un espíritu de sabiduría», indicaron, tras animar al pueblo católico costarricense para «que pueda elevar una oración por el pueblo de Nicaragua y por los obispos de esa nación». Los obispos panameños enviaron muestras de solidaridad a su «hermano en el episcopado», el prelado Álvarez, «en estos momentos en que experimenta la persecución por ser profeta ante la situación difícil por la crisis sociopolítica que vive el pueblo nicaragüense».
«Nos unimos a la oración para que cese la persecución a monseñor Rolando y al padre Harvy Padilla, párroco en la ciudad de Masaya, a quien también se le ha limitado vivir y celebrar la fe en un ambiente de libertad y paz», enfatizaron, el 21 de mayo pasado. La Conferencia Episcopal de Nicaragua emitió también, al igual que los obispos de Costa Rica y Panamá, un comunicado en el que aseguró que están «viviendo momentos difíciles como nación» y que su deber «es anunciar la verdad del Evangelio». «Acompañamos desde la oración a cada hermano que se asocia a los padecimientos de Cristo e invocamos al Espíritu Santo para que sea quien ilumine las mentes y los corazones de todos los nicaragüenses», sostuvo.
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