El obispo de Santo Tomé, Gustavo Montini, animó a reflexionar «¿qué estamos haciendo con nuestra vida, con nuestra comunidad cristiana?», al alentar a la vida comunitaria desde el compromiso y el amor, cómo lo hizo la Virgen María, en una Misa que presidió recientemente en la comunidad de La Cruz, que celebró su fiesta patronal en honor de Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, reconocida como una de las pocas advocaciones marianas surgida en las Reducciones Jesuíticas-guaraníes. Un gran número de fieles participó de la Misa central frente a la parroquia al aire libre para cumplir con el protocolo de distanciamiento por la pandemia.
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Montini llamó a cuidar la familia y fortalecerla, al focalizar en el lema diocesano de este año ‘la profecía de ser familia’, tras tomar la imagen maternal de la Virgen María. «Debemos ayudarnos y complementarnos para defender a nuestras familias, para que vivan de modo digno, no solo desde lo sanitario y emocional. Muchas familias entran en crisis y se preguntan por qué. Estamos en crisis porque nunca hemos pensado en nosotros, nunca nos hemos dicho gracias ni nos hemos pedido perdón, y el tren de la vida pasa, y el daño en la familia, entre los que la integran es irremediable. No se cura con terapias. Hay heridas y dolores que marcan para siempre. Los que terminan pagando el pato son los niños, los adolescentes y los jóvenes», afirmó.
El prelado solicitó en medio de este desconcierto que vive la sociedad «ayudarnos hacer un pacto para defender realidades esenciales a la vida humana, y una realidad esencial es la familia». «La familia no pasa de moda. No se aprende de un día para el otro. Por eso el lema de la diócesis dice ‘La profecía de ser familia’. La familia pequeña, doméstica, pero también la familia de la comunidad cristiana, la familia de la comunidad humana», afirmó, tras alentar a la vida comunitaria desde el compromiso y el amor, cómo lo hizo María. «Cada uno desde el lugar que ocupa y desde la responsabilidad que tiene. Sin dejar de poner lo propio. Que nadie se haga el distraído. Si uno se comporta mal, su comportamiento daña a la comunidad. Que esté tiempo nos permita recogernos con nuestra interioridad», enfatizó el obispo Montini, quien pidió reflexionar «¿qué estamos haciendo con nuestra vida, con nuestra comunidad cristiana?».
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