El obispo auxiliar de Managua, Nicaragua, Silvio Báez, precisa «la zozobra de una Iglesia perseguida», al referirse a la situación que atraviesa la Iglesia en Nicaragua que es constantemente perseguida por el gobierno de Daniel Ortega, tras la humillación de los sacerdotes que fueron llevados a los tribunales con juicios anómalos. El prelado se encuentra en el exilio desde hace 3 años.
Colabore con Verdad en Libertad
«Al rezar se acoge en el corazón también el dolor social: el drama de los pobres, el sufrimiento de los presos políticos y de los exiliados, la zozobra de una Iglesia perseguida y la humillación de sacerdotes acusados con odio y en modo irregular», aseguró el prelado. «La oración es siempre una caricia de Dios. Al orar, le pedimos a Dios lo que creemos necesitar, sabiendo que nos escucha siempre. Al orar, ponemos nuestra vida en sus manos para hacer su voluntad en todo», afirmó.
Báez reflexionó que «al Señor le encanta, por ejemplo, lo que yo llamo la oración del ‘hasta cuándo’», tras enfatizar que a nivel social la mayor contribución que los cristianos pueden ofrecer es la oración. «La historia no es solo un escenario en el que actúan las voluntades humanas, sino también el lugar adonde Dios hace llegar su reino de caridad, de paz y de justicia. Al orar hacemos posible que Dios misteriosamente fecunde la historia y transforme la sociedad con nuestra colaboración y a través de nuestras acciones», indicó el obispo de Nicaragua, quien precisa «la zozobra de una Iglesia perseguida».
Puede interesarle: Gobierno de Nicaragua ejecuta expulsión de Misioneras de la Caridad.