MOLDAVIA: LIBERTAD RELIGIOSA.

Por Jennifer Almendras.

Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva

El ‘Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2023’ (ILR) afirmó que «en Moldavia, el derecho a la libertad de religión o creencia está consagrado en la Constitución de 1994». «El Estado ‘reconoce y garantiza el derecho de todos los ciudadanos a la preservación, desarrollo y expresión de su identidad étnica, cultural, lingüística y religiosa’. Se garantiza la libertad de conciencia, la cual incluye el derecho a practicar el culto libremente. Los grupos religiosos pueden ‘organizarse y operar conforme a sus propios estatutos, sujetos la ley’ (artículo 31.1 y 4). Sin embargo, no pueden mostrar enemistad entre ellos. Estos grupos son independientes del Estado, pero se puede disfrutar de su ‘atención en el ejército, hospitales, centros penitenciarios, asilos y orfanatos’. Según el Índice de Libertad Humana, la libertad para establecer organizaciones religiosas en Moldavia ha empeorado en los últimos 10 años, al implantarse más restricciones legales y normativas», indicó.

Incidentes y evolución

«Los cristianos ortodoxos dominan demográficamente el país y ejercen una gran influencia sobre la vida social de los ciudadanos moldavos —ya sean rusos, ucranianos, de etnia moldava u otros— y están divididos entre comunidades rivales. La Iglesia ortodoxa moldava (MOC), también conocida como Metrópoli de Chișinău y Toda Moldavia, es un metropolitanato autónomo subordinado a la Iglesia ortodoxa rusa (Patriarcado de Moscú); a ella pertenece aproximadamente el 91,4% de los cristianos moldavos —según el censo de 2019—. La Iglesia ortodoxa de Besarabia (BOC), más pequeña —3,7% de la población en 2019—, también conocida como Metrópoli de Besarabia, está subordinada a la Iglesia ortodoxa rumana», precisó, tras enfatizar que «la rivalidad entre la MOC y la BOC genera conflictos sobre la propiedad de la Iglesia».

El informe explicó que «los intentos de las comunidades católica, luterana y judía de recuperar la titularidad de propiedades confiscadas durante la era soviética o de obtener propiedades similares han seguido fracasando». «El 2 de diciembre de 2021, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictó sentencia en el caso de la Diócesis Católica Romana de Chisinau contra la República de Moldavia. En 2009, la Iglesia demandante solicitó a la República de Moldavia la devolución de los bienes nacionalizados por el antiguo régimen soviético en la década de 1940. Ante la negativa del Gobierno, la Iglesia demandante inició una acción civil solicitando el reconocimiento de su derecho a la propiedad, basándose en las disposiciones generales de la Constitución y del Código Civil que garantizan dicho derecho. La demanda fue desestimada por los tribunales nacionales, por considerarla infundada según la legislación vigente, que preveía la posibilidad de restituir los bienes confiscados y nacionalizados por el régimen soviético únicamente a las personas sometidas a represiones políticas. Estas mismas garantías no son de aplicación a las entidades religiosas. El TEDH declaró la demanda infundada por no haberse agotado los recursos disponibles a nivel nacional», ratificó.

Incidentes y evolución

«La mejor forma de describir el modelo moldavo de relaciones entre el Estado y la religión es ‘preferencial favorable a la religión mayoritaria —situación que también se encuentra en otros países postsocialistas—’, con una estrecha relación entre la identidad nacional y el grupo religioso dominante. Aunque las perspectivas para la libertad religiosa se mantienen estables, los debates sobre religión seguirán estando influidos por factores geopolíticos, así como por el papel sociopolítico sobredimensionado de las instituciones ortodoxas. Esto continuará siendo un problema para la libertad religiosa de otros grupos minoritarios», sostuvo el ILR.

MOLDAVIA: LIBERTAD RELIGIOSA.

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