La Iglesia en el Líbano permanece junto a la población y atiende sus necesidades, a pesar del continuo lanzamiento de misiles que impactan en el sur del país de Oriente Próximo que dejó a sus habitantes en una pobreza aún mayor de la que ya padecían desde 2019 debido a la crisis económica. Charbel Abdallah, arzobispo maronita de Tiro, que es una de las arquidiócesis más antiguas del mundo, aseguró que la mayoría de las personas que huyeron a Beirut o más hacia el norte ya retornaron a sus hogares
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Suscríbase al boletín de VenLIndicó que a las 10 parroquias cercanas a la frontera israelí, casi la totalidad de la arquidiócesis maronita de Tiro, regresaron el 70% de los fieles. «En cambio, las parroquias de Alma el Chaeb y Quzah siguen prácticamente vacías porque todo su territorio es blanco de los ataques aéreos. Allí, gran parte de las casas han quedado completamente destruidas», sostuvo el prelado, al lamentar que los habitantes de esas 10 parroquias ya no pueden recoger sus cosechas, dado que ahora sus cultivos son zona de combate. Abdallah denunció que las personas, privadas de sus únicos ingresos, no reciben ayuda del Estado.
El propio arzobispo Abdallah visita los domingos, y a veces durante la semana, a las parroquias afectadas por la guerra, a pesar de que durante sus visitas ya cayeron 2 veces bombas cerca de él. «Intentamos mantener la vida espiritual de las parroquias celebrando todas las fiestas habituales, ya sean las del año litúrgico, las de los santos patronos o las primeras comuniones. También, después de estas celebraciones, escuchamos a la gente para ver cuáles son sus necesidades y para ayudar con nuestros modestos recursos», aseguró.
Abdallah destacó que Ayuda a la Iglesia Necesitada «proporciona cada mes a miles de familias necesitadas paquetes de alimentos, lo que supone una ayuda crucial; además, cientos de enfermos reciben una ayuda mensual para la compra de medicamentos». Además, afirmó que la fundación pontificia también equipó un centro médico en una de sus «parroquias más grandes para apoyar a las familias presentes».
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