Hinduistas interceptan vehículo con adolescentes cristianos tribales para impedir que participen en un encuentro organizado en el Colegio San Pío de la diócesis de Khandwa, en el estado indio de Madhya Pradesh, el lunes 3 de octubre. Los activistas del Vishwa Hindu Parishad (VHP) y del Bajrang Dal generaron una gran confusión al detener el transporte y afirmar que los menores eran llevados a una supuesta ceremonia de conversión. Madhya Pradesh es uno de los estados indios gobernados por nacionalistas hindúes donde están en vigor leyes contra la conversión religiosa.
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Suscríbase al boletín de VenLLos testigos presenciales indicaron que el bloqueo de los extremistas hindúes duró mucho tiempo, hasta que policías y funcionarios del distrito se hicieron presentes en el lugar. El secretario local de VHP, Animesh Joshi, sostuvo que recibió «información de que un grupo de niños y niñas tribales estaban siendo llevados para una conversión religiosa». La policía registró sus declaraciones, junto con las de los organizadores y docentes de la escuela. El padre José, el organizador de la iniciativa, explicó que solo asistían niños que ya eran cristianos y que los intentos de obtener el permiso de la administración del distrito para realizar el evento fueron infructuosos. El administrador diocesano de Khandwa, padre Augustine Madathikunnel, afirmó que se trataba del encuentro anual de los jóvenes de la diócesis y que debía durante 3 días hasta el miércoles 5 de octubre.
«Lamentablemente tuvimos una inesperada oposición de algunos elementos, a pesar de haber entregado información escrita a las autoridades con mucha anticipación. Gracias a Dios los niños tuvieron el valor necesario para hacer frente a estas situaciones intimidatorias. Y como postergamos el encuentro, pudieron volver a casa sanos y salvos», aseguró Madathikunnel, después que hinduistas interceptan el vehículo con adolescentes. El arzobispo de Bhopal, Sebastian Durairaj,, quien estuvo al frente de la diócesis de Khandwa hasta el año pasado, enfatizó que está «muy apenado», dado que «era un evento anual organizado por los jóvenes, durante el cual reciben orientación profesional, educación en valores, programas culturales y otras competencias para su crecimiento». «No se está llevando a cabo absolutamente ninguna actividad de conversión; todos vienen de familias que son cristianas desde hace muchas generaciones. Es lamentable que los programas de formación de nuestros hijos se malinterpreten: cada confesión religiosa tiene la libertad de educar a sus propios jóvenes. No se estaba haciendo nada ilegal ni mucho menos delictivo», aseveró Durairaj.
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