Francisco reflexionó que «la respuesta cristiana a la pandemia y a las consecuentes crisis socio-económicas se basa en el amor, ante todo el amor de Dios que siempre nos precede», durante la audiencia general del miércoles 9 de septiembre en el Patio de San Dámaso -es la segunda catequesis que se realiza allí-, con presencia de fieles. La reflexión fue parte del nuevo ciclo de catequesis del Papa, que comenzó en agosto, en el que aborda cuestiones sociales que evidenció la pandemia de coronavirus.
El Pontífice recordó que Dios «nos ama primero, Él siempre nos precede en el amor y en las soluciones». «Él nos ama incondicionalmente, y cuando acogemos este amor divino, entonces podemos responder de forma parecida. Amo no solo a quien me ama: mi familia, mis amigos, mi grupo, sino también a los que no me aman, amo también a los que no me conocen, amo también a lo que son extranjeros, y también a los que me hacen sufrir o que considero enemigos», indicó el Papa Francisco, al reiterar que «la respuesta cristiana a la pandemia se basa en el amor de Dios».
Sostuvo que es tiempo de «incrementar nuestro amor social, contribuyendo todos, a partir de nuestra pequeñez». «El bien común requiere la participación de todos. Si cada uno pone de su parte, y si no se deja a nadie fuera, podremos regenerar buenas relaciones a nivel comunitario, nacional, internacional y también en armonía con el ambiente. Así en nuestros gestos, también en los más humildes, se hará visible algo de la imagen de Dios que llevamos en nosotros, porque Dios es Trinidad, Dios es amor. Esta es la definición más bonita de Dios en la Biblia. Nos la da el apóstol Juan, que amaba mucho a Jesús: Dios es amor», aseguró.
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