Francisco precisó que «el demonio sí existe», al indicar cómo actúa el maligno, durante la audiencia general del miércoles 30 de noviembre, en la Plaza de San Pedro. El Pontífice destacó la importancia del examen de conciencia para reconocer las tentaciones del diablo, en su catequesis en la que siguió el ciclo de su catequesis sobre el discernimiento.
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«Cuando hablamos del enemigo hablamos del diablo, porque el demonio sí existe ¿eh?», afirmó el Papa, quien habló sobre cuál es el «estilo» del maligno. Indicó que este se presenta «de forma astuta, disfrazada: parte de lo que está más cerca de nuestro corazón y después nos atrae a sí, poco a poco». «El mal entra a escondidas, sin que la persona se dé cuenta. Y con el tiempo la suavidad se convierte en dureza: ese pensamiento se revela por cómo es realmente», precisó el Pontífice.
Enfatizó que para evitar caer en las tentaciones del demonio es indispensable el examen de conciencia para «releer lo vivido» y «aprender de las experiencias, de lo que nos sucede, para no seguir repitiendo los mismos errores». «Cuanto más nos conocemos a nosotros mismos, más nos damos cuenta de dónde entra el mal espíritu, sus puertas de entrada a nuestro corazón, que son los puntos en los que somos más sensibles, para poner atención para el futuro», indicó el Papa Francisco, al reiterar que «el demonio sí existe». Recordó que «no estamos solos, el Espíritu Santo está con nosotros».
Aprendamos a leer a diario en el libro de nuestro corazón qué ha sucedido durante la jornada. No en los periódicos, sino en el propio corazón. #Discernimiento
— Papa Francisco (@Pontifex_es) November 30, 2022
«La consolación verdadera es una especie de confirmación del hecho de que estamos realizando lo que Dios quiere de nosotros», aseguró. El Papa sostuvo que el discernimiento «no se centra simplemente en el bien o en el máximo bien posible, sino en lo que está bien para mí aquí y ahora», dado que «sobre esto estoy llamado a crecer, poniendo límites a otras propuestas, atractivas pero irreales, para no ser engañado en la búsqueda del verdadero bien».
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