Francisco beatifica a Juan Pablo I tras intercesión en milagro ‘argentino’

El Pontífice declaró beato a Juan Pablo I en una ceremonia que se realizó bajo la lluvia en la plaza de San Pedro, el domingo 4 de septiembre, frente a miles de personas procedentes de diferentes partes del mundo, tras la sanación milagrosa por intercesión del ‘Papa de la sonrisa’ de Candela Giarda, una niña argentina en 2011.

Francisco beatifica a Juan Pablo I, en una ceremonia que se realizó bajo la lluvia en la plaza de San Pedro del Vaticano, frente a miles de personas procedentes de diferentes partes del mundo, el domingo 4 de septiembre, tras la sanación milagrosa por intercesión del ‘Papa de la sonrisa’ de Candela Giarda, una niña argentina que se encontraba en estado vegetativo. El obispo de Belluno – Feltre, Renato Marangoni, junto al postulador de la causa, el cardenal Beniamino Stella, solicitaron al Pontífice declarar beato a Albino Luciani.

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Stella después leyó una breve biografía de Luciani acompañado por la vicepostuladora, Stefania Falasca. Al terminar la lectura de los datos biográficos, el Papa Francisco beatifica a Juan Pablo I. Posteriormente, se descubrió un gran retrato del nuevo beato colocado en la fachada de la basílica de San Pedro. Además, el Pontífice recibió una reliquia de Juan Pablo I que fue colocada a un lado del Altar. Se trató de un escrito autógrafo de Albino Luciani de 1956 con «un esquema de reflexión espiritual sobre las 3 virtudes teologales —la fe, la esperanza y la caridad— que recuerda el Magisterio de las Audiencias Generales del 13, 20 y 27 de septiembre de 1978», como indicó la postulación de la causa.

La reliquia fue entregada a Francisco por familiares de Albino Luciani, por 2 religiosas que vivieron con él durante su breve Pontificado y por el sacerdote argentino José Dabusti, testigo del milagro de Giarda —originaria de Paraná— que ocurrió en Buenos Aires por la intercesión de Juan Pablo I. El Papa invitó en la homilía a imitar al nuevo beato Juan Pablo I, dado que «vivió de este modo: con la alegría del Evangelio, sin concesiones, amando hasta el extremo». «Con su sonrisa, el Papa Luciani logró transmitir la bondad del Señor. Es hermosa una Iglesia con el rostro alegre, un rostro sereno y un rostro sonriente, que nunca cierra las puertas, que no endurece los corazones», consideró el Pontífice.

Candela Giarda, la joven paranaense del milagro que actualmente tiene 22 años, agradeció recientemente en un video la «segunda oportunidad de vida» que recibió por intercesión de Juan Pablo I y también al Papa Francisco por invitarla junto a su mamá Roxana Sosa a la beatificación del mismo. «Lamentablemente no pudimos ir porque se me fracturó el pie, pero seguro que en algún momento vamos a poder ir a la tumba de Juan Pablo I», aseguró Giarda. «Estamos muy emocionadas porque es algo muy importante que beatifiquen al Papa gracias al milagro de Cande. Lo que pasó con Cande quizás ayude a otras personas a tener un poquito más de fe, de esperanza ante los momentos difíciles como los que vivimos nosotras», enfatizó Sosa.

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