Una fuente que solicitó el anonimato precisó que hay «decenas de estructuras religiosas afectadas y cientos de sacerdotes y monjas huyen» en Birmania, al referirse a la situación que atraviesa el país del Sudeste Asiático, tras el golpe de Estado que desencadenó un conflicto civil cada vez más violento, con un aumento exponencial de fallecidos y heridos.
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Explicó que hay conventos destruidos, edificios sagrados arrasados, religiosos y religiosas obligados a huir para no morir bajo las bombas o los morteros. «En la diócesis de Loikaw fueron afectadas más de la mitad de las parroquias, 21 de 41: un drama que hace estallar el corazón. Estamos asistiendo a un éxodo masivo de sacerdotes y monjas: se desplazan con la población que huye de las ciudades hacia el campo o las montañas», indicó la fuente.
Aseguró que el objetivo es «hacer que los fieles no falten los sacramentos y el acompañamiento espiritual que necesitan también en estos momentos de terror». «No solo les garantizan los bienes de primera necesidad, sino también la oración y la instrucción», aseguró, al destacar que estos religiosos se convirtieron «en un punto de referencia para todos, manteniendo viva la esperanza y la valentía de seguir adelante a pesar de los sufrimientos».
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