La Corte Suprema de Irán dictamina que las iglesias domésticas no son «enemigas» del Estado, una sentencia histórica establecida recientemente que podría dar lugar a la revisión de varios casos. Los jueces afirmaron que reunirse en casa para rezar —hábitos comunes especialmente entre los protestantes— no convierte a estos cristianos, ni siquiera los conversos, en una presunta «amenaza» para la ‘República Islámica de Irán’. ONG y activistas manifestaron su satisfacción por la sentencia, pero algunas voces invitaron a la prudencia tras recordar que Teherán demostró en el pasado que no siempre sigue las reglas que establece.
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El veredicto del Tribunal Supremo de Irán —que se conoció hace pocos días tras ser emitido el 3 de noviembre pasado y pasar desapercibido— forma parte de un caso que llegó a juicio el mes pasado, en el que 9 conversos fueron condenados a 5 años de prisión por asistir a funciones organizadas en el interior de casas o edificios privados. Actualmente hay 20 cristianos en la cárcel acusados de constituir una presunta «amenaza para la seguridad nacional», mientras que desde 2012 más de un centenar de personas fueron condenadas por ese mismo delito. Los fieles, pertenecientes a una iglesia evangélica de Rasht, al noreste de Teherán sobre el mar Caspio, fueron arrestados hace 2 años por haberse convertido y realizar «actos contrarios a la seguridad de la nación». La justicia de Irán decretó que los conversos no deben ir a juicio y no deben ser incriminados, dado que «participar en iglesias domésticas o promover el cristianismo no equivalen a actos contrarios a la seguridad nacional».
#Human_Rights lawyer @H_Ahmadiniaz explains the practical implications for #Iran’s #Christian prisoners of conscience of the recent Supreme Court ruling that #house_church activities & promotion of #Christianity are not “actions against national security”. https://t.co/OjJsMrXoEX
— Article18 (@articleeighteen) December 1, 2021
La organización ‘Open Doors’ consideró que es una decisión «significativa», puesto que en el pasado 2 artículos se usaron con frecuencia para condenar a los cristianos y encerrarlos en las cárceles del país por profesar su fe y reunirse para orar. La ONG y el activista Mansour Borji, director de ‘Artículo 18’, aseguró que se trata de una sentencia «histórica» y que podría «influir positivamente en futuros casos contra cristianos iraníes y de idioma persa». Borji sostuvo que el último paso que faltaría para garantizar la libertad religiosa sería autorizar «un lugar de culto específico», tal como establece la Constitución de Irán. Otras asociaciones de activistas pidieron cautela y advirtieron que no se debe atribuir demasiado poder a una sola sentencia, pese a que sea la Corte Suprema de Irán la que dictamina. Enfatizaron que los casos que ahora son cosa juzgada volverán a los tribunales, donde los magistrados deberán revisar las sentencias. «El gobierno iraní tiene una larga tradición de actos que no siguen las reglas que él mismo establece», aseveró el cristiano Hormoz Shariat, presidente de ‘Iran Alive Ministries’.
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