El vicario apostólico de Anatolia y presidente de Caritas Turquía, Paolo Bizzeti, indicó que la entidad caritativa garantiza alimentos, refugio, apoyo psicológico, educación y escolarización un año después de aquel 6 de febrero pasado, una realidad todavía marcada por el terremoto, por las dificultades y las incertidumbres de la reconstrucción, en un marco que sigue siendo de una profunda y dramática precariedad.
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Precisó que en una primera fase el Vicariato de Anatolia y Caritas Turquía distribuyeron agua, alimentos, mantas, ropa, medicamentos, detergentes, material de limpieza, tanto en la sede episcopal de Iskenderun, como a domicilio, en las calles y en los primeros campamentos. Explicó que después se añadieron tiendas escolares para garantizar la educación y contribuir al desarrollo de los niños en un contexto de gran necesidad. Las intervenciones incluyeron tiendas de campaña, cocinas de campamento, duchas-baños, recipientes y utensilios de comedor, ventiladores y frigoríficos.
«A día de hoy seguimos viviendo en una grave situación de emergencia y harán falta al menos 10 años para saber si la región podrá recuperarse, pero soy optimista», precisó Bizzeti. La red de Caritas locales y Caritas Internationalis prosigue su labor de apoyo a una población necesitada. Hasta diciembre de 2023, Caritas Turquía había distribuido más de 6.280 comidas, 4.422 paquetes de alimentos y 5.201 artículos de higiene. Al menos 121 familias recibieron material escolar y 221 subsidios para ayudarles a pagar el alquiler.
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