El cardenal argentino y prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, Leonardo Sandri, reiteró que «el único a quien se debe servir es a Cristo nuestro Señor, y ninguna otra ideología o cosmovisión», al exhortar a un despertar de las conciencias en Europa, luego de la aprobación por el Parlamento Europeo de una resolución que describe el aborto como ‘atención medica esencial’. El Informe Matić, votado favorablemente por el Parlamento Europeo el 24 de junio pasado, calificó además a la objeción de conciencia de «denegación de la atención médica». La votación obtuvo 378 votos a favor, 255 en contra y 42 abstenciones.
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Suscríbase al boletín de VenL «El único a quien se debe servir es Cristo nuestro Señor, y ninguna otra ideología o cosmovisión, donde a menudo detrás de una fina retórica, en realidad, la visión del hombre se estrecha y su dignidad se degrada», indicó el cardenal Sandri, en la homilía de la Misa que presidió el 28 de junio pasado en la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma. Indicó que «un ejemplo de esto es la Europa de nuestro tiempo, que en el contexto de una crisis mundial sin precedentes, con riesgos no solo para la salud pública, sino también para el trabajo y la protección de los grupos más vulnerables, encuentra el momento de aprobar un informe que define el aborto como un derecho humano fundamental», lamentó.
El purpurado consideró que ese voto es una «peligrosa deriva antropológica», que debe ser ocasión para «despertar nuestras conciencias para una renovada alianza al auténtico servicio de la humanidad». Por su parte, el arzobispo emérito de Minsk-Mogilev y presidente de la comisión de pastoral sanitaria de la Conferencia Episcopal de Bielorrusia, Tadeusz Kondrusiewicz, indicó que esa votación era una muestra de que «el secularismo en Europa no se está desacelerando, sino que está ganando impulso». «La ideología del relativismo moral prevalece sobre las normas morales inmutables y el sentido común. La cultura de la vida con la que soñaron los padres fundadores de la Unión Europea está renaciendo en una cultura de la muerte ante nuestros ojos», aseveró Kondrusiewicz.
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