El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, indicó que «la memoria cristiana será siempre subversiva para quienes tienen una idea totalitaria y excluyente: ante la familia que destruyen, ante la vida que siegan en cualquiera de sus tramos, ante la libertad que pervierten con leyes liberticidas», en un artículo titulado ‘Las aguas turbulentas de la actualidad’, publicado en La Tercera de ABC, el viernes 25 de octubre.
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«Andamos con aguas turbulentas bajo el puente de la historia de nuestros días. No hay momento en el que no nos sobresalte la penúltima noticia del escándalo político de turno, del ademán de dictadura totalizadora, de la mentira obscena de quien exhibe sin despeinarse sus tramposas aspiraciones que jamás declara. Y cunde el desánimo en una sociedad casi narcotizada por tanta lluvia tóxica que impide la legítima defensa, la valiente toma de conciencia, la reacción serena de una alternativa deseada», reflexionó el prelado.
Aseveró que en España «llevan años con una gestión política en tantos sitios que no nos ha dejado indiferentes, y que sigue queriendo arrancar y deconstruir toda huella que tenga una inequívoca referencia al acontecimiento cristiano». «Lo verificamos en España, en otros lares europeos a través de sus instituciones legislativas y parlamentarias, y en los países hermanos de la América hispana que se han deslizado hacia el populismo —Cuba, Nicaragua, Venezuela, México, Ecuador, etc.— con el carácter marxista e indigenista de una falsa liberación que venimos comprobando», enfatizó.
«La memoria cristiana será siempre subversiva para quienes tienen una idea totalitaria y excluyente: ante la familia que confunden y destruyen, ante la vida que siegan en cualquiera de sus tres tramos —naciente, creciente y menguante—, ante la libertad que pervierten con leyes liberticidas. Memoria cristiana que ama la belleza, no traiciona la verdad, ejerce la bondad y está abierta a la transcendencia. Es normal ante este panorama que los cristianos pidamos la palabra y ofrezcamos nuestro testimonio, aunque irrite y soliviante a quienes no pueden controlarnos. En ello estamos. Paz y bien», consideró Sanz.
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