El cardenal y arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, reflexionó que «la Virgen de Luján siempre estará a nuestro lado; la tenemos que invocar, no la dejemos fuera de nuestra esperanza» y precisó que «ella es la que nos dice que Dios cumple sus promesas, que nunca nos defrauda», al presidir una Misa a puertas cerradas en la catedral metropolitana, en la festividad de Nuestra Señora de Luján, patrona de los argentinos, el viernes 8 de mayo.
El primado de la Argentina aseguró que «ella es el motivo de nuestra esperanza», tras recordar que «la celebración de la solemnidad de Nuestra Madre de Luján nos trae un motivo de alegría y de esperanza». «La Virgen, asunta al Cielo en alma y cuerpo, continuamente, bajo signos y milagros, y su presencia amorosa, va como dando en la historia de la salvación, en la historia del mundo, un signo de esperanza», ratificó. El cardenal Poli destacó que la Madre de Dios, en su advocación de Luján, es «la aurora de la evangelización, y como estrella también primera de esa aurora de la evangelización, la Virgen siempre visita a sus creyentes».
«Esta es la Virgen de Luján, esta es la imagen que nos acompaña en nuestra historia, y que con su corazón de Madre, en este momento está muy cerca de los que sufren la pandemia, de los infectados, de los que han perdido seres queridos, para alcanzarles el consuelo de la fe, pero especialmente para que todos los argentinos tengamos un signo de esperanza», aseguró. «Que la Madre siempre esté en nuestro corazón, que no se vaya de nuestras casas. Hagamos como aquel discípulo amado que se la llevó a su casa, a sus cosas, a su vida. Ella es Señora de las cosas cotidianas y sabe muy bien lo que necesitamos», imploró.