El cardenal y arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, reiteró que «es hora de volver a Misa», en una columna publicada recientemente en el diario de la jurisdicción eclesiástica ‘Catholic New York’. En marzo de 2020, las diócesis en Estados Unidos suspendieron las Misas con presencia fieles por el coronavirus. Posteriormente si bien reabrieron las iglesias, solo unas pocas restablecieron una obligación dominical modificada en la que deben regresar a la Misa dominical, los fieles que no tienen síntomas y que no corren un alto riesgo de COVID-19.
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Suscríbase al boletín de VenL«Sí, durante el último año, pudimos decidir prudencialmente que la emergencia de la crisis sanitaria puede permitirnos excusarnos de esa obligación dada por Dios. Aquellos vulnerables a la pandemia de COVID-19, como los ancianos, todavía pueden excusarse, como siempre fueron el caso», afirmó Dolan, en la columna publicada el 7 de abril pasado. «Muchos otros católicos ya están regresando a las actividades públicas sin asistir a Misa, y deberían regresar a la iglesia», precisó. El purpurado recordó los cierres y las suspensiones de las Misas públicas en 2020. «No teníamos otra opción, ya que las sabias pautas de salud requerían que cerráramos los edificios de nuestra iglesia. Una vez que la arquidiócesis reabrió las parroquias para la Misa, estas estuvieron a la altura de las circunstancias con escrupulosa limpieza, saneamiento, ventilación, distanciamiento y restricciones», sostuvo, al explicar que los fieles «comenzaron a regresar gradualmente».
«No más gradualidad. Es hora de volver a la Misa dominical», aseguró el cardenal Dolan. «Reconocemos a Jesús en la Misa y la Sagrada Comunión. Entramos nuevamente en el misterio eterno e infinito de su muerte en la cruz y resurrección de entre los muertos. Cada Misa dominical es una renovación de la Última Cena, el Viernes Santo y la Pascua», ratificó. Un portavoz de la arquidiócesis de Nueva York explicó que la obligación dominical —con la que los católicos están obligados por ley canónica a asistir a Misa los domingos y los días de precepto, excepto en casos graves— nunca fue suspendida en su jurisdicción. Enfatizó que si bien el arzobispado suspendió las Misas públicas durante varios meses por el COVID-19, la obligación dominical estaba en vigor cuando las iglesias reabrieron para la Misa.
Recordó que las razones «serias» habituales por las que los católicos no asisten a la Misa dominical todavía se aplican, y los católicos tienen la libertad de no asistir por «una razón grave». «Pero, ahora que cada vez más personas están siendo vacunadas y la gente participa cada vez más en actividades públicas, el cardenal les recuerda la sagrada obligación de asistir a la Misa dominical», reiteró el portavoz. Hasta el domingo 11 de abril, se reportaron en Estados Unidos 31.915.145 casos de infectados, 575.818 de muertos y 24.475.992 de recuperados, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El país norteamericano logró inmunizar a 117.142.879 personas con al menos una inyección y 70.692.645 están totalmente vacunadas contra el coronavirus, tal como publicó ‘Infobae’.
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