El cardenal y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, sostuvo que «la Iglesia siempre ha sufrido y seguirá sufriendo, pero la seguridad es que el Señor nos acompaña», el miércoles 5 de agosto, en una Misa que celebró acompañado de un pequeño grupo de sacerdotes y religiosas en la entrada de la capilla de la Sangre de Cristo de la catedral metropolitana, tras el ataque incendiario del 31 de julio pasado. Un desconocido arrojó una bomba molotov en la catedral de Managua que desencadenó un incendio que destruyó el sagrario y la imagen histórica de la Sangre de Cristo.
«En un ambiente de tristeza y dolor, muchos de ustedes que me están escuchando o viendo no me dejaran mentir porque nuestros sentimientos de esta pesadilla es cuándo vamos a despertar. Sin duda alguna, muchos de nosotros quizás no hemos podido dormir, otros algunas horas pensando si esto es realidad lo que de una manera salvaje y terrorista se ha realizado en nuestra imagen de la Sangre de Cristo. Sin embargo el consuelo es para todos», sostuvo el cardenal Brenes, al exhortar a los fieles a aferrarse «a la cruz» tras el ataque a la iglesia, dado que «si estamos aferrados a su cruz quien podrá apartarnos del amor de Dios».
El prelado, que calificó el ataque de «acto de terrorismo», reflexionó sobre la imagen de Jesús crucificado. «Vemos a nuestra sangre de Cristo calcinada, pero de pie. La imagen y la cruz resistieron las fuerzas de las llamas como un testimonio para nosotros que la cruz no es vencida tan fácilmente, la cruz no se destruye tan fácilmente. Por eso hoy les hago el llamado de estar aferrados a la cruz, al pie de la cruz como María y aquel pequeño grupo que le acompañaban», ratificó. El vicario general de la Arquidiócesis de Managua, Carlos Avilés, precisó a EWTN Noticias, el 4 de agosto pasado, que no se sabe quién fue el responsable del atentado, pero recordó que ya tuvieron «varios actos de vandalismo en otras capillas recientemente, lo cual hace indicar que hay un plan orquestado».
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