Bombardeos turcos destruyen aldea asirio-cristiana en Tal Tawil, más conocida como Beni Roumta, no lejos de Tel Tamar, en Siria, el lunes 30 de agosto. Fuentes locales precisaron que la zona es escenario de operaciones militares de Turquía, cuya guerra fue emprendida por el mandatario Recep Tayyip Erdogan, contra las posiciones del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) que fue proscrito por Ankara —que también afectan a los cristianos—.
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Los ataques devastaron las propiedades de los cristianos asirios asentados en la región, quienes luchan por permanecer en su tierra al sobrellevar la violencia y las privaciones. El bombardeo de la aviación turca contra los kurdos provocó graves daños en las viviendas y muchas quedaron inhabitables. Los bombardeos turcos destruyen una aldea asirio-cristiana no dejaron víctimas ni heridos, dado que la población logró escapar antes del ataque. En las últimas semanas, los turcos atacaron ciudades cristianas como Qamishli, Tal Gerebet y Ain Issa, en la región asirio-cristiana a orillas del río Khabur. Erdogan teme el nacimiento de un estado kurdo del otro lado de su frontera y hace todo lo posible para evitarlo, con el pretexto de combatir el terrorismo, tal como indicó ‘Asia News’. La nueva ola de ataques turcos en la zona de la frontera entre Siria e Irak generó una nueva ola de desplazados, similar al de 2015 cuando la población debió huir por el avance del Estado Islámico.
Elias Antar Elias, jefe de la Asamblea Popular Asiria en la región de Jazira, aseveró que los recientes ataques a las aldeas recuerdan «la ofensiva del Imperio Otomano en 1915 y la expulsión de Hakkari hacia Umria, luego hacia Irak y por último a Siria, donde ahora se encuentran». «La historia se está repitiendo», alertó, tras denunciar los actos «bárbaros» de parte de Turquía, que «no se da por satisfecho con la destrucción de las ciudades sirias, desde Afrin hasta Jarablus», que «no es muy distinta a la que ocasionó el Estado Islámico en 2015». Elias exhortó a renovar la unidad de sus «fuerzas militares para defender la región». «Esta tierra es nuestra y estamos dispuestos a luchar para rechazar cualquier agresión que pueda poner en peligro nuestra existencia», ratificó.
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