BIRMANIA: LIBERTAD RELIGIOSA.

Por Jennifer Almendras.

Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva

El ‘Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2023’ (ILR) indicó que «la Constitución de 2008 de Myanmar —también conocida como Birmania— protege la libertad de religión de los ciudadanos: ‘Todos los ciudadanos tienen el mismo derecho a la libertad de conciencia y el derecho a profesar y practicar libremente su religión, sujetos al orden, la moralidad o la salud públicos y al resto de las disposiciones de esta Constitución’». «Sin embargo, aunque la Constitución reconoce el cristianismo, el islam, el hinduismo y el animismo como ‘religiones que existen en la Unión en el momento de entrar en vigor esta Constitución’, distingue la ‘posición especial del budismo como fe profesada por la gran mayoría de los ciudadanos de la Unión’», sostuvo.

Incidentes y acontecimientos

Año 2021

«El 1 de febrero de 2021, los militares de Myanmar derrocaron al Gobierno civil elegido democráticamente, declararon el estado de excepción y crearon un Consejo Administrativo Estatal, que es un régimen militar dirigido por el comandante en jefe de las fuerzas armadas, el general en jefe Min Aung Hlaing. El Gobierno dirigido por civiles, encabezado por Aung San Suu Kyi y su partido, la Liga Nacional para la Democracia, había sido reelegido para un segundo mandato en las elecciones de noviembre de 2020 con una mayoría abrumadora, pero fue derrocado mediante un golpe de Estado justo antes de formar el nuevo gobierno. El golpe dio lugar a un nuevo período de intensa represión de los derechos humanos en todo el país. En este contexto, la libertad de religión o creencia se ha visto directamente afectada de dos maneras: en primer lugar, los militares llevan mucho tiempo implicados en una agenda nacionalista budista birmana extremista que es intolerante con los grupos étnicos no birmanos y con los grupos religiosos no budistas; y en segundo lugar, se apunta contra los lugares de culto porque son centros comunitarios clave, así como contra los líderes religiosos porque son líderes comprometidos con la sociedad civil, la ayuda humanitaria y los grupos de resistencia», explicó el ILR.

Aseguró que «durante el período que abarca este informe, se han producido numerosos ataques a iglesias cristianas». «Según Radio Free Asia, al menos 132 edificios religiosos han sido destruidos en Myanmar desde el golpe de Estado, entre ellos más de 66 iglesias en el estado de Chin y 21 en el estado de Kayah. A menudo, el pretexto aducido por el ejército para tales ataques ha sido que las iglesias albergaban a combatientes de la resistencia o estaban relacionadas de algún modo con ellos. Un líder cristiano de Kayah ha declarado que el régimen atacaba deliberadamente edificios religiosos fuera de las zonas de combate: ‘Están atacando las iglesias intencionadamente para suprimir el espíritu del pueblo cristiano arremetiendo contra sus iglesias sagradas’», destacó. «Los ataques selectivos no son nuevos. Antes de que la Administración encabezada por Aung San Suu Kyi asumiera el poder, la junta gobernante había puesto en marcha una campaña centrada en someter a las tribus étnicas no birmanas. Esto contenía un elemento religioso, ya que el cristianismo era más frecuente en las zonas tribales, e incluso entonces hubo informes de que el ejército incendiaba iglesias. El Estado de Kayah, donde el 75% de los habitantes pertenecen a minorías étnicas, tiene el mayor porcentaje de cristianos. El número de católicos kayah supera los 90.000, más de una cuarta parte de los 355.000 habitantes del Estado, además de reunir una cifra significativa de baptistas», afirmó.

«El 8 de marzo de 2021, la hermana Ann Nu Tawng se arrodilló ante la policía armada, rogándoles que no dispararan a los manifestantes refugiados en el recinto de la catedral de San Colombán de Myitkyina, capital del estado de Kachin. Las imágenes de la religiosa de la congregación de San Francisco Javier de la diócesis de Myitkyina dieron la vuelta al mundo. Pero, mientras se arrodillaba, la policía abrió fuego contra los manifestantes desarmados que se encontraban detrás de ella. Dos murieron y otros siete resultaron heridos. La hermana Tawng ya había hecho una petición de clemencia similar el 28 de febrero. El 14 de marzo, el mismo día en que se informó de que hasta 50 personas habían muerto cuando las fuerzas gubernamentales abrieron fuego contra manifestantes desarmados, el cardenal Charles Maung Bo, representante de los católicos del país, hizo un nuevo llamamiento a la paz: «Las matanzas deben cesar de inmediato. Han muerto muchas personas». El 24 de mayo, fuerzas militares bombardearon la iglesia del Sagrado Corazón de Kayan Tharyar, estado de Kayah, matando a cuatro personas que se habían refugiado allí. Tras este ataque, el cardenal Charles Bo, arzobispo de Yangón, hizo pública una declaración en la que pedía a la junta que no atacara los lugares de culto», precisó, al rememorar que «4 días después, el 28 de mayo, tropas del ejército de Myanmar dispararon contra la iglesia de San José en Demoso, en el estado de Kayah, y mataron a dos hombres que recogían alimentos para los desplazados internos».

Afirmó que «en junio, atacaron la iglesia de María Reina de la Paz en Daw Ngan Kha, también en Kayah, que quedó gravemente dañada por el fuego de artillería». «Ese mismo mes, detuvieron a tres pastores cristianos en el estado de Kachin por organizar un servicio de oración por ‘la paz en Myanmar’. Finalmente, en octubre fueron puestos en libertad. El 3 de agosto, soldados birmanos ocuparon y profanaron dos iglesias en el pueblo de Chat, estado de Chin. En la iglesia de San Juan, los soldados abrieron el sagrario y arrojaron las hostias consagradas al suelo pare después pisotearlas. Destruyeron armarios y otros muebles, y en la iglesia baptista de Chat produjeron daños similares. En septiembre, un pastor baptista, Cung Biak Hum, murió por disparos de soldados del ejército cuando intentaba apagar un incendio provocado por fuego de artillería. En octubre, fueron detenidos siete cooperantes humanitarios de la agencia católica Caritas Karuna que realizaban una misión de ayuda a desplazados internos en el estado de Kayah», enfatizó.

Año 2022

El informe indicó que «en febrero de 2022, unos soldados detuvieron a 2 sacerdotes católicos, el padre John Paul Lwel y el padre John Bosco, que transportaban suministros de ayuda a la aldea de Le Htun, en el estado de Shan». «No se dio ninguna razón para su detención. El 8 de marzo, militares birmanos atacaron una iglesia y un convento en las afueras de Demoso, estado de Kayah. La iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en el pueblo de Saun Du La, sufrió daños por un ataque aéreo. Pocos días después, bombardearon el convento de las Hermanas de la Reparación, que cuenta con una casa de reposo y un hospital. El 8 de abril, unos 40 soldados irrumpieron en la catedral del Sagrado Corazón de Mandalay durante una Misa de Cuaresma, poniendo bajo arresto domiciliario al arzobispo Marco Win Tin, a sacerdotes diocesanos y al personal de la catedral. Las tropas retuvieron a los fieles durante unas tres horas. Los soldados permanecieron en la catedral durante toda la noche, diciendo que buscaban armas. No se encontraron. En julio, una iglesia católica, la iglesia de la Madre de Dios de Mobye, en el sur del estado de Shan, fue profanada cuando unos 50 soldados ocuparon el edificio, lo utilizaron como cocina y colocaron minas terrestres alrededor de ella. El 3 de noviembre, bombardearon una escuela bíblica dirigida por cristianos kachin en Kutkai, estado de Shan, y cuatro personas resultaron heridas», recordó.

Futuro de la libertad religiosa

«El golpe militar del 1 de febrero de 2021 supuso un duro revés para las perspectivas para la libertad de religión o creencia en Birmania. Incluso durante el período previo de liberalización política y cuasi democracia de 2012 a 2022, la intolerancia religiosa se convirtió en una amenaza creciente para la paz y la seguridad del país. No obstante, el período de apertura política, en comparación con el resto, creó un espacio para una combinación de iniciativas de diálogo interconfesional, campañas contra la incitación al odio, actividades de la sociedad civil y defensa de reformas de la legislación discriminatoria que, con el tiempo, podrían haber contribuido a contrarrestar la intolerancia religiosa y fomentar la libertad de religión o creencia. Bajo el régimen militar, ese espacio se ha cerrado y esto, combinado con una dictadura alimentada en parte por una ideología nacionalista etnorreligiosa, significa que la libertad de religión seguirá gravemente amenazada. Mientras no se respeten los derechos humanos, entre ellos la igualdad de derechos de las diversas comunidades étnicas y tradiciones religiosas de Birmania, las perspectivas para la libertad religiosa en Birmania son nefastas; se prevé que la persecución continúe y se intensifique, con nuevas atrocidades y futuras crisis humanitarias», lamentó.

BIRMANIA: LIBERTAD RELIGIOSA.

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