El cardenal y arzobispo de Manaos, Leonardo Ulrich Steiner, celebró la Misa en la que beatifican a la adolescente de 13 años Benigna Cardoso, que es conocida como la «heroína de castidad» por morir defendiendo su pureza, en Brasil. El purpurado, que representó al Papa Francisco, presidió la Eucaristía de beatificación, a la que asistieron cerca de 60.000 personas, en el Parque de Exposiciones Pedro Felício Cavalcanti, en la ciudad de Crato, el lunes 24 de octubre.
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2 de las hermanas de Benigna y algunos jóvenes llevaron al altar, durante la ceremonia en la que la beatifican, la reliquia de la adolescente Benigna Cardoso, mientras los miles de asistentes cantaban un himno compuesto en su honor. Cardoso nació el 15 de octubre de 1928 en Santana do Cariri, estado de Ceará. Ella solía frecuentar la Eucaristía, leer la Biblia y atender a los necesitados con generosidad, en especial a los ancianos. El 24 de octubre de 1941, salió de casa a buscar agua de una fuente y fue atacada con un machete por Raimundo Raúl Alves Ribeiro, un menor que intentó abusar de ella.
En portugués.
Steiner, al inició de la Misa, leyó la carta apostólica donde el Papa Francisco acepta, a pedido de los obispos, declarar beata a Benigna y establece que su memoria litúrgica se celebre cada 24 de octubre. «La joven beata conocía el camino para saciar la sed, servir a los de la casa, regar las plantas. Su amor, su misericordia, la llevaron al martirio. El lugar del agua, de la vida, se convirtió en un lugar de agresión, de violencia, de muerte. Lugar de muerte, fuente de resistencia, de transparencia, de fortaleza, de dignidad. En la fuente, Benigna ofrece su vida en fidelidad a Jesús», afirmó el purpurado, en su homilía. Destacó que la nueva beata es ejemplo de defensa de la «dignidad» de las mujeres de nuestro tiempo.
En portugués.
«Hoy alabamos a Dios por la vida y el testimonio de aquella que, mediante el martirio, nació para la Iglesia como mujer beata, ejemplo y defensora de la dignidad de la mujer. Ejemplo benigno de la no subyugación de las mujeres, defensora de su propia fuerza y valor, de la dignidad y la belleza, de la sexualidad y la maternidad, del vigor y la ternura. Prefirió la muerte a la pasión, prefirió la muerte a la ruptura de su dignidad», indicó Steiner, quien también rezó para que su testimonio contribuya a la conversión de las almas y al cuidado de los niños y las familias.
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