El arzobispo de Quito, Alfredo Espinoza, precisó a los gobernantes y fieles de Ecuador que «debemos volver nuestra mirada al Señor, en su Corazón está nuestra fuerza», al celebrar recientemente en la Basílica del Voto Nacional la Misa por el Sagrado Corazón de Jesús, en cuya ceremonia asistieron el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, junto a su esposa María de Lourdes Alcívar, el vicepresidente Alfredo Borrero, varios ministros de Estado, el Alto Mando Militar y efectivos de la Policía Nacional.
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Espinoza recordó los 147 años de la consagración del país al Sagrado Corazón de Jesús y llamó a las autoridades y a los laicos a renovar esta consagración, de modo especial en medio de «la dura realidad de dolor, de muerte, de pobreza y de crisis que vive el país» por la crisis de la pandemia del COVID-19. «Ponemos hoy a nuestro país, a sus gobernantes, al pueblo fiel, a los enfermos que sufren los estragos de esta dura pandemia, en el Corazón misericordioso del Señor. Hoy, como hombres y mujeres de fe, oramos ante el Señor y ponemos a nuestra Patria nuevamente en el Corazón de Jesús. Con esta renovación el país se prepara para la conmemoración del 150 aniversario y para el Congreso Eucarístico Internacional 2024, que tendrá como sede a Quito, por petición del Papa Francisco», afirmó.
El prelado animó, en la homilía, a «consagrarnos a servir al hermano más necesitado, a ser portadores de esperanza, a vivir una fe activa, comprometida, que nos lleva a salir de nosotros mismos, de nuestras comodidades para llegar y tocar la realidad dura de hoy». El arzobispo de Ecuador enfatizó que deben consagrarse todos a amar y servir «sabiendo que debemos volver nuestra mirada al Señor, porque en su Corazón, está nuestra fuerza para luchar y para esforzarnos por encontrarnos y superar todas las barreras que nos impiden caminar hacia adelante».
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