El arzobispo de Izmir y presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Turquía, Martin Kmetec, se refirió a la restauración de las numerosas iglesias dañadas por el terremoto que devastó el país de Oriente Próximo. Indicó que en Esmirna están «trabajando en la restauración de la iglesia de San Policarpo, el mismo trabajo se está realizando en Antioquía, mientras que en Iskenderun la catedral se derrumbó y hay que reconstruirla, el proceso llevará más tiempo».
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«La reconstrucción de edificios eclesiásticos es importante porque para nosotros el propio edificio es un signo precioso de la presencia de la comunidad cristiana en Turquía. La Iglesia católica no tiene reconocimiento legal del Estado, por lo que no cuenta con ayudas estatales para la reconstrucción, ni permisos para nuevos edificios. Estamos llamados a actuar con nuestras propias fuerzas, por lo que también necesitamos ayuda del exterior. El estatus de las comunidades cristianas en Turquía está ligado a la presencia de edificios históricos», explicó el prelado.
Reiteró que «las iglesias son un signo visible de nuestra presencia, pero son sobre todo un lugar vivo, el lugar de la comunidad, lugares de encuentro para el culto, para la atención pastoral, para las relaciones fraternas, para la caridad», dado que «son puntos de referencia muy importantes para los fieles, que ayudarán en la reconstrucción». Aseguró que en la Navidad de los bautizados turcos «no faltarán oraciones, iniciativas por las víctimas del terremoto, cristianas y no cristianas. «Queremos estar cerca de los que sufren, dar consuelo y signos concretos de solidaridad. En esto Caritas, que nos involucra a todos, está dando un testimonio muy fuerte y muy apreciado», reflexionó.
«En todas las iglesias vivimos este tiempo de Adviento y experimentamos la Navidad con profunda fe: celebramos la Novena, hacemos el pesebre, y este año recordamos el 800 aniversario del pesebre que hizo san Francisco de Asís en Greccio. Al comienzo del Adviento, lanzamos el Año de la Eucaristía… La Eucaristía está en el centro de la vida personal y de la vida comunitaria: ésta es nuestra certeza. El Señor es nuestra roca y proveerá también a las situaciones de dificultad y sufrimiento… También tenemos la intención de organizar una celebración especial en Estambul, con la consagración de Turquía al Sagrado Corazón de Jesús», destacó Kmetec.
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