Francisco destacó que «la familia es el primer lugar en el que se vive la fe en Jesucristo y el amor mutuo», al recibir en audiencia en la Sala Clementina, el viernes 13 de mayo, a los participantes del Congreso Internacional de Teología Moral que se celebra actualmente en la Pontificia Universidad Gregoriana, a quienes preguntó «¿cómo pueden las familias cristianas hoy, en la alegría y las fatigas del amor conyugal, filial y fraterno, dar testimonio de la buena noticia del Evangelio de Jesucristo?».
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El Pontífice consideró que una respuesta a este interrogante está en la teología moral, que puede recurrir a «la rica espiritualidad que germina en la familia», la unidad de la que se compone en gran medida el Pueblo de Dios y que es «el primer lugar en el que se vive la fe en Jesucristo y el amor mutuo». Sostuvo que en la familia, los cónyuges y los hijos «están llamados a cooperar en la vivencia del misterio de Cristo, mediante la oración y el amor implementado en la concreción de la vida y las situaciones cotidianas, en el cuidado mutuo capaz de acompañar para que nadie sea excluido y abandonado».
Enfatizó que la vida familiar «está hoy más probada que nunca». «Muchas familias sufren la falta de trabajo, de una vivienda digna o de una tierra donde vivir en paz, en una época de grandes y rápidos cambios. Estas dificultades se extienden a la vida familiar, generando problemas relacionales. Hay muchas ‘situaciones difíciles y familias heridas’. La posibilidad misma de formar una familia hoy en día es a menudo ardua, y los jóvenes tienen muchas dificultades para casarse y tener hijos», precisó el Papa Francisco, al recordar que «la familia es el primer lugar en el que se vive la fe en Jesucristo».
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