El sacerdote y director de la provincia religiosa Madre de la Divina Providencia de los Hijos de la Divina Providencia —Don Orione— de la que depende la misión orionina en Ucrania, Giovanni Carollo, indicó la situación que atraviesa Ucrania, quien está en contacto permanente con los sacerdotes de Don Orione presentes en Kiev y Lviv. El jueves 24 de febrero tropas rusas lanzaron un ataque sobre Ucrania, tras un anuncio previo del mandatario Vladimir Putin. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, declaró la ley marcial e indicó que Rusia había atacado infraestructura militar ucraniana. Ucrania confirmó 40 soldados y 10 civiles fallecidos tras las primeras horas del ataque, publicó ‘Infobae’.
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El padre Moreno Cattelan, quien se encuentra en Kiev, precisó que «se decretó la ley marcial, se recomienda mantener la calma y si suena la alarma acudir a los refugios». «Durante la noche fue bombardeado el aeropuerto militar de la ciudad, ubicado cerca de la casa orionina. Mucha está intentando salir de la capital y hay largas filas de coches en las calles. No es fácil encontrar combustible», afirmó. «En Lviv las sirenas sonaron varias veces y hay mucho caos de tráfico en las calles porque todo el mundo está huyendo. Estamos aquí en casa. Las gasolineras están llenas de gente, así como los cajeros automáticos. El aeropuerto ya fue cerrado», enfatizó el sacerdote Fabio Cerasa. El presbítero Egidio Montanari, también de Lviv, aseguró en que «el ataque es a toda la nación».
«Desde esta mañana siguen sonando las sirenas antiaéreas, aún no hemos escuchado explosiones, pero creo que pueden bombardear el aeropuerto de la ciudad, porque lo están haciendo en otras ciudades del país. Nos quedamos aquí, no podemos abandonar la casa y, sobre todo, a nuestros niños discapacitados porque solo nos tienen a nosotros. A ver cómo evoluciona la situación», ratificó Montanari, que es parte de la misión orionina en Ucrania. Las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad —Don Orione— lograron ponerse en contacto con las monjas que se encuentran en Kharkiv, una de las ciudades más afectadas por el ataque ruso, en la cercana Korotycz. La hermana M. Kamila de Kharkiv indicó que se despertaron por la noche con el sonido de los disparos. A las religiosas pertenecientes a la provincia polaca se les preguntó si preferían volver a Polonia, pero todas optaron por permanecer cerca de las madres, los niños y los pobres que cuidan.
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