El arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, exhortó a que «renovemos nuestra fe en Dios, renovemos nuestra fe en Jesús, camino, verdad y vida», en este tiempo de crisis por la pandemia, durante la Misa que presidió a puertas cerradas, en el oratorio de las Hermanas Carmelitas de Santa Teresa de Jesús, en la capital provincial.
«Pidamos esa gracia», pidió el prelado, quien sostuvo que estar recluidos en un aislamiento preventivo que se extiende «genera dificultad, porque experimentamos más fuertemente nuestra propia vulnerabilidad y porque también en nuestro corazón anida la incertidumbre: qué y cómo será el después». El arzobispo Ñáñez aseguró que «en este tiempo de pandemia también nosotros redescubrimos la importancia de la comunidad, la anhelamos, deseamos encontrarnos con nuestros hermanos en la fe, poder celebrar juntos la Eucaristía, lo esperamos con paciencia».
Consideró que es una oportunidad para redescubrir que «todos, como comunidad, somos ese templo vivo que Dios edifica y nosotros también edificamos con nuestra buenas obras» y que «la familia es una verdadera Iglesia doméstica y que ahí se está celebrando al Señor, escuchando su Palabra, rezando, haciendo ofrenda de lo que se vive cada día, con esfuerzo, porque la cuarentena demanda esfuerzo, paciencia y la generosidad de nuestro propio corazón».