El cardenal y obispo de Les Cayes, Haití, Chibly Langlois, precisó que «la gente duerme en el piso; no hay agua, ni comida», al contactarse con Ayuda a la Iglesia Necesitada Internacional (ACN), tras indicar que la situación crítica que atraviesan algunas diócesis tras el terremoto de 7.2 que sufrió el país, el 14 de agosto pasado. Según el reporte de Protección Civil, el número de fallecidos que dejó el terremoto aumentó a 2.207.
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«La gente duerme en el piso», aseguró el cardenal de Haití. «No hay agua, ni electricidad, ni comida, ni ropa. Milagrosamente salimos ilesos, pero muchas personas perdieron la vida, incluido el padre Jacques Percy, un sacerdote jubilado», afirmó el purpurado, que enfatizó que muchas personas están traumatizadas y algunas todavía no saben lo que les ocurrió a sus familias. Rafael D’Aqui, de ‘ACN América Latina’ con responsabilidad delegada en Haití, recordó que «la casa del obispo se derrumbó y todo está en ruinas», al destacar la necesidad de dotar a la diócesis de una nueva base y de equiparla para coordinar la ayuda a la población en estos difíciles momentos.
D’Aqui sostuvo que es necesario dar un techo al obispo y a sus colaboradores más cercanos porque lo perdieron todo. En la diócesis de Jeremie, 26 iglesias sufrieron graves daños, entre ellas la catedral de San Luis, mientras que 11 se derrumbaron. ACN quiere llevar adelante un proyecto de emergencia para ayudar a 45 familias. «La gente está demasiado asustada para volver a sus casas. Tenemos que proporcionar alimentos, ropa, agua, medicinas y alojamiento temporal a estas personas», dice el sacerdote Jean-Jacques Saint-Louis, superior provincial de los Padres de Montfort en Haití.
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