El secretario personal de Benedicto XVI, Georg Gänswein, precisó que la enfermedad del Papa emérito, de 93 años, disminuye, en declaraciones al periódico ‘Südkurier‘ durante las vacaciones en su ciudad natal en la Selva Negra alemana. Benedicto XVI padece una erisipela facial, una infección bacteriana de la piel que causa un sarpullido rojo y doloroso, y que también puede provocar fiebre y dolores de cabeza.
Gänswein aseguró que la enfermedad de Benedicto XVI -que no es fatal- «está disminuyendo» y que es un dolor que «no desea ni para su peor enemigo». «El dolor llegó después de la muerte del hermano», afirmó. El hermano mayor de Papa emérito, Georg Ratzinger, falleció a los 96 años, el 1 de julio pasado. Hace un tiempo, el diario ‘Passauer Neue Press’ (PNP) citó al escritor Peter Seewald para decir que el Papa emérito «estaba gravemente enfermo».
Posteriormente, la oficina de prensa de la Santa Sede indicó el 3 de agosto que la condición de Benedicto XVI por esta enfermedad «no era particularmente preocupante». La nota del Vaticano citó a Gänswein, quien describió que «las condiciones de salud del Papa emérito no son motivo de especial preocupación».
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