El padre Bako Francis Awesuh, un sacerdote de la parroquia de San Juan Pablo II en Gadanaji en el estado de Kaduna, Nigeria, que fue secuestrado y liberado, compartió recientemente su testimonio con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre la violencia que padeció este año en manos los islamistas pastores Fulani, quienes lo dejaron con profundos traumas. El presbítero, de 37 años, que sigue escondido por razones de seguridad y para recuperarse totalmente, fue raptado junto a un grupo de feligreses alrededor de las 23 del 16 de mayo pasado y pasó más de un mes en cautiverio.
Colabore con Verdad en Libertad
«Caminamos durante 3 días por el monte sin comida ni agua, alimentándonos únicamente con mangos. Estábamos hambrientos, cansados y débiles. Nos dolían mucho las piernas y teníamos los pies hinchados porque caminábamos descalzos. El segundo y el tercer día llovió, pero nos obligaron a seguir avanzando…», recordó el padre Awesuh, quien enfatizó que los islamistas los «torturaron y amenazaron de muerte si no se pagaba un rescate de 50.000.000 de nairas —más de 121.000 dólares—» por ellos. Afirmó que tras la negociación de los familiares de los secuestrados, los extremistas islámicos aceptaron un rescate de 7.000.000 de nairas, unos 17.000 dólares.
Relató que 3 feligreses de su parroquia intentaron rescatarlos, pero fueron capturados y asesinados por los pastores Fulani. «Oh, qué dolor me produjo ver cómo mataban a sangre fría a 3 de mis feligreses, delante de mis ojos, y yo sin poder hacer nada. Fue un tormento. En ese momento me sentí impotente, desesperado e inútil», rememoró. Aseguró que tras el pago del rescate los liberaron. «Me libré por poco de la muerte, sé de muchos sacerdotes secuestrados, antes y después de mí, que fueron asesinados incluso después de que se pagara el rescate por ellos», enfatizó. El sacerdote liberado en Nigeria sostuvo que tras el rapto quedó traumatizado y recibió tratamiento. «También pasé algún tiempo en el hospital. Hoy sigo escondido por razones de seguridad y para recuperarme totalmente. El amor que recibí por parte de mi familia, mis amigos y, sobre todo, de la Iglesia, fue enorme», aseguró.
Puede interesarle: Revelan que 3.462 cristianos fueron asesinados en Nigeria en primeros meses de 2021.