Presidente de Conferencia Episcopal de Paraguay reitera a laicos importancia de profundizar formación

El presidente de la Conferencia Episcopal de Paraguay, Adalberto Martínez Flores, destaca la misión específica de los laicos «en la Iglesia y como Iglesia», a quienes anima a «no tener miedo» de comprometerse en transformar las situaciones de pecado que oprimen al país según el Evangelio.

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El arzobispo de Asunción y presidente de la Conferencia Episcopal de Paraguay (CEP), Adalberto Martínez Flores, reitera a los laicos la importancia de profundizar su formación, al dirigirse a los participantes en el encuentro organizado por la Coordinadora Nacional de Laicos del Paraguay, que se celebró hace unos días en la ciudad de Luque, en el tiempo en el que la Iglesia en el país celebra el Año del Laicado.

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El prelado recordó el contexto particular del Año del Laicado que Paraguay vive en 2022, y la carta pastoral de los obispos para esta circunstancia, por lo que invitó utilizarla como instrumento para vivir mejor la misión específica de los laicos «en la Iglesia y como Iglesia». «Ustedes, los laicos, son la gran mayoría de la Iglesia y es el momento de asumir protagonismo, sentido de pertenencia y profundizar su formación, comprometidos desde su fe a ser fermento en la masa, sal de la tierra y luz para la transformación de la sociedad», reitera el presidente de la Conferencia Episcopal de Paraguay.

Martínez animó a «no tener miedo» de comprometerse en transformar las situaciones de pecado que oprimen al país según el Evangelio, como son la corrupción, la inequidad, la violencia silenciosa de la pobreza que excluye y descarta a los más débiles, niños y ancianos, indígenas y campesinos, jóvenes sin oportunidades ni horizonte para sus vidas, familias desestructuradas, entre otros males. «El gran desafío es afrontar la realidad difícil de la sociedad, cada vez más violenta, desde la fe cristiana de los bautizados en el mundo. La Doctrina Social de la Iglesia es un instrumento precioso para transformar la política, la economía, la cultura y la educación, para ser constructores de la justicia y de la paz», planteó.

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