PELEAS ENTRE SACERDOTES. FRATELLI TUTTI Y 10 AÑOS DEL PONTIFICADO DE FRANCISCO (2).

Continuación de Peleas entre sacerdotes. Fratelli Tutti y 10 años de pontificado de Francisco.

Por Alejandro Antonio Zelaya.

Las características del clericalismo que son el narcisismo, la autoreferencialidad, el autoritarismo y el abuso de todo tipo no sólo se pueden dar en el vínculo sacerdote-laico, sino también en la relación sacerdote-sacerdote, hermano-hermano dentro del mismo clero. Es decir, entre los sacerdotes en un mismo presbiterio puede existir esta enfermedad desde los presbíteros hacia los otros hermanos curas: en abusos de poder, autoritarismo, envidias, autoreferencialidades, peleas, rencillas. Por lo tanto, es necesario advertir que esta anomalía puede aquejar a cualquier parte del Cuerpo Místico, traspasando y atacando a cualquier bautizada o bautizado, sea éste obispo, sacerdote, diácono, consagrado/a o laico/a, con el lamentable consiguiente daño a todo el Cuerpo de Cristo.

Muchas veces las maneras o actitudes ‘clericalistas’ para vincularse por parte de los sacerdotes con los laicos, ¿no revelan a veces lo que ellos mismos viven entre hermanos: autoritarismo, luchas de poder, auto-referencialidad? ¿Cómo pretender evitar posturas o actitudes clericalistas hacia los laicos, si no se comienza por abandonar este tipo de posturas, conductas y gestos ya desde los mismos vínculos entre los mismos sacerdotes en un mismo presbiterio? El Santo Padre en su Discurso al Simposio «Por una Teología Fundamental del Sacerdocio» el pasado 17 de febrero de 2022, hablaba sobre las cuatro cercanías: a Dios, al obispo, entre los sacerdotes y al pueblo: «Es precisamente a partir de la comunión con el obispo que se abre la tercera cercanía, que es la de la fraternidad. Jesús se manifiesta allí donde hay hermanos dispuestos a amarse: Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, Yo estoy allí en medio de ellos (Mt 18,20) (…) La fraternidad es escoger deliberadamente, ser santos con los demás y no en soledad, santo junto a los demás».

El Santo Padre nos habla de las virtudes de la paciencia y la benignidad, como también de los males de la indiferencia y la envidia, que tanto daño hace, y que constituye la incapacidad para alegrarse por el bien del hermano. Además se refiere a formas clericales de bullying, que significa presumir y pavonearnos, «faltando el respeto a quien está junto a nosotros» o Francisco sabiamente contrapone de esta manera: «Porque un sacerdote, si de algo tiene que presumir es de la misericordia del Señor; porque el sacerdote mismo conoce su pecado, su miseria y sus límites, pero hizo experiencia que donde abundó el pecado sobreabundó el amor (cf. Rm 5, 20); y esa es su mejor buena noticia. Un sacerdote que tiene presente esto no es envidioso, no puede ser envidioso»; son los consejos tan realistas y de tanta experiencia del Santo Padre, los cuales expresan claramente un camino de profunda sabiduría para nosotros los sacerdotes.

Por último, quisiera referirme al aliento y ánimo a no tener miedo. Francisco nos regala la siguiente frase: «…nuestras múltiples máscaras, nuestras etiquetas y nuestros disfraces se caen: es la hora de la verdad. ¿Nos inclinaremos para tocar y curar las heridas de los otros? ¿Nos inclinaremos para cargarnos al hombro unos a otros? «Este es el desafío presente, al que no hemos de tenerle miedo» (FT 70); podríamos aplicar esta misma frase a nuestros mismos presbiterios, a nuestra vida de comunión presbiteral.

Conozco muchos buenos ejemplos de sacerdotes en distintas diócesis donde se cuidan unos a otros, se levantan cuando están caídos, se cargan mutuamente en las debilidades y sufrimientos por los que pasamos todo ser humano. Regalemos al Santo Padre en su décimo año de pontificado nuestra decisión de colaborar en este sentido. Seremos así más felices, sintiéndonos y siendo verdaderos hermanos sacerdotes.

El padre Alejandro Antonio Zelaya es licenciado en Psicología y miembro del Equipo Pastoral de la Vicaría de Ministerios de la diócesis de Avellaneda-Lanús.

PELEAS ENTRE SACERDOTES. FRATELLI TUTTI Y 10 AÑOS DEL PONTIFICADO DE FRANCISCO (2).

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