Los obispos católicos rechazaron definitivamente el texto Fiducia supplicans sobre las bendiciones de «parejas irregulares» y parejas del mismo sexo del cardenal y prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Víctor ‘Tucho’ Fernández, al precisar que tales bendiciones no pueden realizarse en ese continente debido a que serán escandalosas, tal como indicaron en un comunicado, a través del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), el jueves 11 de enero.
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Suscríbase al boletín de VenLEl cardenal y presidente del SECAM, Fridolin Ambongo, explicó que la posición de los obispos africanos sobre Fiducia supplicans «recibió el visto bueno» de Francisco y de Tucho. «Las Conferencias Episcopales de toda África, que reafirmaron firmemente su comunión con el Papa Francisco, creen que las bendiciones extralitúrgicas propuestas en la declaración Fiducia supplicans no pueden llevarse a cabo en África sin exponerse a escándalos», indicó el purpurado. Los prelados africanos, refiriéndose a varios versículos bíblicos contra la homosexualidad, enfatizaron que la cultura africana no da cabida a este tipo de uniones, en el texto de 5 páginas.
«El contexto cultural de África, profundamente arraigado en los valores de la ley natural relativos al matrimonio y la familia, complica aún más la aceptación de las uniones de personas del mismo sexo, ya que se consideran intrínsecamente corruptas y contradictorias con las normas culturales. Nosotros, los obispos africanos, no consideramos apropiado para África bendecir uniones homosexuales o parejas del mismo sexo porque, en nuestro contexto, esto causaría confusión y estaría en contradicción directa con el ethos cultural de las comunidades africanas», afirmaron.
Explicaron, en referencia al Evangelio de san Mateo, que afirma que la misión de Jesús es para los pecadores, y también al episodio del perdón a una mujer adúltera que abrazó el arrepentimiento. «Nosotros, los obispos africanos, insistimos en la llamada a la conversión de todos. Como Oseas, Jesús viene a dar testimonio de la ternura de Dios: No ha venido a llamar a justos, sino a pecadores. De esto no hay duda. Pero Jesús tiende también la mano al pecador para que se levante, para que se convierta. Después de mostrar tanta ternura a la mujer sorprendida en adulterio, le dijo: ‘Vete, y desde ahora no peques más», ratificaron los obispos africanos.
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