El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, Adolfo Uriona, destaca que la misión es inseparable de la contemplación de Cristo, en la homilía de una Misa que presidió en la capilla de la Casa de Oración Virgen del Signo. El prelado pidió la gracia de poder anunciar a Jesús y tener esa fuerza que viene de Él.
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Suscríbase al boletín de VenL«Es importante la entrega del pastor, que va al pueblo, que se preocupa por esa multitud cansada, herida, enferma que necesita de la palabra de Dios, y necesita de la curación de los pastores manifestada en el perdón de los pecados», indicó, al reflexionar también sobre el descanso con Jesús. «La tarea del apóstol es demasiado inmensa. La tarea no es fruto de su fuerza o sus capacidades, sino que es fruto de su encuentro con Jesucristo, del estar con Jesús», aseguró. Explicó que «acción y contemplación son 2 elementos inseparables en la vida de un apóstol», tras precisar que esto no es «solamente para los sacerdotes, es para todo el pueblo de Dios, para todo bautizado».
Afirmó que «todos de alguna manera tenemos que ser apóstoles y anunciar a Jesucristo». «Tenemos que abrevarnos de la Palabra de Dios y de los momentos de silencio y de oración. Pidamos al Señor que a todos nos de la gracia de poder anunciar a Jesús y tener esa fuerza que nos viene de Él. Que todos, especialmente los que tenemos una tarea, un ministerio, también nos abrevemos de Él y sepamos estar en soledad con Jesús para luego anunciarlo a nuestros hermanos», exhortó el obispo Uriona, que destaca que la misión es inseparable de la contemplación.
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