El sacerdote oficial de China central Paul Chen dio precisiones de la Navidad en China, que se vive entre el boicot mediático y la presión gubernamental que intensifica los controles y cierran los lugares de culto. Además en este año atravesado por la pandemia de COVID-19 las iglesias deben tomar estrictas medidas de prevención, mientras que no se las exige a los centros comerciales, aeropuertos, estaciones de tren, escuelas.
El presbítero indicó que el gobierno de Xi Jinping intenta por todos los medios que los no cristianos se desinteresen de la Navidad y que incluso lleguen a odiar a los cristianos. Explicó que desde un punto de vista exterior, todos los años, cuando está cerca la Navidad, los medios de comunicación publican noticias extrañas y llevan a cabo un verdadero boicot. Sostuvo que estas medidas oficiales crean un clima de oposición al cristianismo y un boicot a la Navidad en la sociedad, al provocar una fuerte presión psicológica entre los cristianos. «¿Qué pretenden conseguir? ¿Prevenir el interés por la Navidad de los no cristianos? ¿Impedirlo? ¿Sembrar el odio contra los cristianos?», cuestionó.
Chen aseguró que las autoridades que gobiernan las religiones añadieron un cierto número de restricciones mucho más duras que las de años anteriores. Incluso algunas autoridades locales emitieron una orden que prohíbe cualquier actividad en los lugares religiosos registrados que estén bajo su jurisdicción. Explicó que hay muchas parroquias pequeñas en lugares remotos donde los sacerdotes fueron presionados para cancelar todas las actividades y que ellos tuvieron que aceptar porque no pueden hacer frente a las amenazas de la policía, de las autoridades sanitarias y de las autoridades políticas del municipio. Mencionó que muchos católicos sostienen que la situación de la Iglesia católica y el control de las actividades religiosas empeoraron desde que se firmó el acuerdo entre China y Santa Sede.
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