Más de 5.000 cristianos en Marruecos viven su fe en la clandestinidad e incluso la cifra puede llegar hasta 8.000, según un reciente informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Los católicos, ortodoxos y evangélicos rezan y realizan sus celebraciones a escondidas en sus hogares, en eso que llaman ‘iglesias domésticas’. En Marruecos, abandonar el islam, la religión oficial del Estado, está considerado una traición a la patria y al pueblo.
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Suscríbase al boletín de VenLLos marroquíes cristianos que viven en su país tienen que asumir cuando se casan las particularidades del matrimonio islámico referentes a la dote, repudio, poligamia, herencia. Además, tampoco pueden elegir nombres del santoral cristiano para sus hijos y ninguna familia puede eludir la educación islámica oficial, que es obligatoria en todos los centros escolares y en todos los niveles. «Lo peor de todo es el rechazo y el estigma social a que nos exponemos; muchos incluso perdimos nuestro puesto de trabajo», precisó Said, bautizado en secreto como David.
El campo de acción pastoral de la Iglesia en Marruecos está limitado, por ley local, a los extranjeros. En Marruecos existen 2 diócesis encabezadas por arzobispos españoles: el cardenal y arzobispo de Rabat, Cristóbal López, y Emilio Rocha, arzobispo de Tánger. Hay nunciatura y numerosas órdenes religiosas atienden dispensarios, comedores sociales, orfanatos, hogares para niños de la calle, de discapacitados y centros de promoción de la mujer por todo el país. «Estamos aquí para mostrar la belleza del cristianismo a través de la caridad», sostuvo un franciscano de la Cruz Blanca, de Tánger.
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