Fuentes locales indicaron que 2 judíos ultra, originarios del sur de Israel, mientras empuñaban una barra de hierro, irrumpieron en la iglesia de la Tumba de María, uno de los lugares de culto más importantes de la tradición ortodoxa en Tierra Santa, destino frecuente de peregrinos, ubicado en el sector oriental de la Ciudad Santa, durante la liturgia dominical del 19 de marzo. El patriarcado ortodoxo de Jerusalén y el primado Teófilo III, unidos al sínodo, a todo el clero y a los fieles, condenaron «el atroz atentado terrorista» perpetrado por «2 extremistas israelíes».
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Suscríbase al boletín de VenLAseveraron que los autores de este «crimen atroz» —cometido durante «el tiempo de Cuaresma» que prepara a la Pascua— «intentaron lastimar al arzobispo Joachim» mientras celebraba el oficio y a «uno de los sacerdotes». Los 2 agresores intentaron destrozar los objetos sagrados del interior del edificio, además de agredir físicamente al obispo y a 2 sacerdotes que celebraban. Los atacantes fueron sorprendidos por algunos de los fieles en el lugar y detenidos hasta la llegada de las fuerzas de seguridad. La policía confirmó posteriormente la detención de un hombre de 27 años, originario del sur del país, pero no brindó más detalles sobre la identidad del sospechoso.
Bilal Abu Nab, un vendedor que trabaja cerca de la iglesia, denunció que el ataque fue perpetrado por 2 judíos: uno de ellos vestía un ‘yarmulke’ —el kipá que tradicionalmente cubre la cabeza— y el otro un ‘tzitzit’ —refiriéndose a los flecos del manto que vestía—. Un sacerdote resultó herido en la cabeza. A principios de febrero, hubo un ataque contra la iglesia de la Flagelación. El Patriarcado Ortodoxo Griego enfatizó que los ataques contra lugares santos, bienes, y contra el patrimonio e identidad de los cristianos constituyen una violación del derecho internacional, por lo que exigen abiertamente la «protección» de los lugares religiosos de Jerusalén y subrayan la necesidad de respetar la libertad religiosa, un derecho humano fundamental.
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