ISAÍAS I: EL PROFETA DEL DIOS TRES VECES SANTO (12).

Continuación de Isaías I: el profeta del Dios tres veces Santo (11).

Por Silvio Pereira.

El tercer oráculo sobre el Emanuel

En el capítulo 11 hallamos este oráculo que completa la profecía sobre el Emanuel.

a) Is 11,1 Se trata de una alusión solemne a la profecía de Natán (2 S 7,12-16). El reino del sur fundamentaba toda la teología de la Alianza en las promesas hechas a Abraham-David. El resto de David —Mesías— es personificación del resto fiel entero.

Isaías I: el profeta del Dios (12)

Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará.

b) Is 11,2-3a Dios capacita al Rey-Mesías: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, temor de Dios. Éstas notas resumen la piedad del Rey-Mesías quien se comporta verdaderamente como hijo de Dios. —De esta lista los teólogos medioevales elaboraron el esquema sobre los dones del Espíritu Santo—.

Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh. Y le inspirará en el temor de Yahveh.

c) Is 11,3b-5 El Rey-Mesías es presencia de Dios entre nosotros. El Rey-Mesías respeta la Alianza —Berit—, vive según la Ley —Torah— y la consecuencia es la plenitud de bienes salvíficos derramados sobre el Pueblo —Shalom—. Hay una restauración del Reino realizada por Dios mediante él.

No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de oídas. Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra. Herirá al hombre cruel con la vara de su boca, con el soplo de sus labios matará al malvado. Justicia será el ceñidor de su cintura, verdad el cinturón de sus flancos.

d) Is 11,6-9 El efecto más definitivo es que ya no habrá mal, que desaparecerá el pecado (Gn 3) y sus consecuencias de toda la creación. ¡Y esto lo hará un niño, un retoño!

Serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá. La vaca y la osa pacerán, juntas acostarán sus crías, el león, como los bueyes, comerá paja. Hurgará el niño de pecho en el agujero del áspid, y en la hura de la víbora el recién destetado meterá la mano. Nadie hará daño, nadie hará mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estará llena de conocimiento de Yahveh, como cubren las aguas el mar.

¿Hacia una renovada teología del Resto?

El aserto profético acerca del Resto Fiel no constituye una discriminación, sino la constatación de una realidad y a la vez un grito de esperanza. Pues en el Pueblo de Dios todos son llamados a la Alianza a través de la Ley de Santidad, lo cual no quita que los procesos personales y colectivos sean diversos.

Como es de sentido común hay disímiles niveles de crecimiento y maduración como también existe el rechazo indiferente a la propuesta o la apostasía idolátrica. En cambio el Resto Santo se erige como el núcleo que responde con la altura necesaria al llamado de Dios. Agrupa lo más leal a Dios del Pueblo y por tanto su reserva de esperanza. El Resto del Señor es la porción del Mesías, es decir aquellos que reconocen la salvación de Dios y aceptan vivir la Alianza en el Espíritu a quien acogen como templo purificado y nuevo.

Sin duda esta realidad permanece a lo largo de toda la historia de la Iglesia. Aunque por supuesto es peligroso autoerigirse como El Resto de Dios. No han faltado los puros y separados que han caído en la soberbia y la falta de caridad, bajo un acentuado rigorismo ascético o un elitista encumbramiento místico. Como tampoco ha faltado el relajamiento y la caída del nivel de testimonio cristiano, ya en busca de masividad so pretexto de no-exclusión y de cuestionable misericordia que consagra la mediocridad.

Pero el Resto Fiel del Señor siempre ha estado presente en la vida de la Iglesia. Son nada más y nada menos que sus Santos. Dios siempre ha podido lograr que florezca su Santidad entre los suyos en toda época. Varones y mujeres de Magisterio Existencial y Alianza Viva. Humildes servidores fieles a Dios y fieles a la humanidad. Su fidelidad a la humanidad ha sido simplemente nunca apartarse ni dejar de anunciar y vivir la Voluntad de Dios. No han sido fieles a la humanidad y a sus hermanos en la Iglesia por plegarse a la mayoría y vivir arrimándose al promedio de cómo vivían todos. Han sido fieles por vivir como Dios quería que viviesen; y así han iluminado e inquietado, encendiendo amores al Señor y desatando persecuciones contra sí. Pero han sido la reserva de vida teologal y la esperanza de todos los que quieren ver el Rostro del Señor y entrar en comunión con Él.

Una renovada teología del Resto Santo aparece tan necesaria en estos tiempos de confusión y disolvencia de la identidad cristiana. Recuperar su testimonio y enseñanza para que se mantenga ardiendo el amor primero en el corazón de la Iglesia peregrina. Pero también llamar y animarse humildemente a vivir en santidad. No dudo que el Resto Fiel está siendo nuevamente suscitado en nuestros días bajo los presentes desafíos. No creo que pueda ser constituido sin una opción clara por resguardar con plena fidelidad la Ley de Dios que se llama Jesucristo. Una fidelidad creativa, encarnatoria pero fidelidad sin más. Una Reserva de la Fe animada y guiada por la Sabiduría del Espíritu Santo es la opción que tiene por delante el Resto en estas jornadas de creciente oscuridad y apostasía silenciosa.

ISAÍAS I: EL PROFETA DEL DIOS TRES VECES SANTO (12). Por Silvio Pereira.

El Padre Silvio Dante Pereira Carro es también autor del blog Manantial de Contemplación. Escritos espirituales y florecillas de oración personal.

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